El PSE arrebata al PP la defensa del 'interés territorial' de Álava y Guipúzcoa

En Álava, PP y PE-EE se miran de reojo. Mucho más, cuando de la Vital Kutxa se trata, convertido desde hace varios años en un tema tabú por excelencia electoral. Por eso ahora, cuando el PNV ha impulsado la fusión a dos, los dos partidos constitucionalistas se han apresurado, aunque con distinta suerte, a presentarse como los arietes de la tradicional oposición.

Arriola no ve claro el futuro de Kutxa y se suma a la oposición de Prieto

Los socialistas han apretado mucho más el acelerador en esta ocasión. A tal punto han verbalizado su rechazo -identificado con las posiciones de su líder Txarli Prieto- que el PP, más cauto de salida, se ha visto obligado a recuperar terreno. No siempre las posturas del PSE-EE han encajado con la táctica del presidente de la Vital, el también socialista Gregorio Rojo. Cuando se trataba de la fusión a tres y la entidad financiera alavesa ponía toda la carne en el asador, los socialistas sufrían de vértigo con las elecciones encima y los populares de látigo. Ahora hay comunión de intereses porque al temor tradicional de una fusión a tres se añade el "desprecio" sufrido por la Vital en los nuevos planes de futuro esgrimidos por BBK y Kutxa.

A la defensa del interés territorial de los socialistas en Alava se han unido sus compañeros de Guipúzcoa. Iñaki Arriola, su secretario general, no niega la razón económico-financiera de la fusión, pero advierte del "claro intento de monopolio que quiere hacer el PNV", sin que le asegure "cuál va a ser el papel que en un futuro puede deparar para Guipúzcoa". El nuevo líder de los responsables guipuzcoanos sostiene que "hay que delimitar cuál tiene que ser la obligación industrial, de servicio y de obra social de la Kutxa hacia Guipúzcoa y fijar los equilibrios territoriales y las garantías para que en un futuro el grande no se coma al chico". Cuando se conoció el proyecto de la fusión a tres, desde Guipúzcoa los socialistas no mostraron beligerancia alguna.

Mientras el PSE-EE endurecía sus críticas, el PP vasco parecía más preocupado por la representación política en los futuros órganos de decisión de la nueva caja vasca. Con el paso de los días, la entrada en escena de algunos cargos populares especializados en materia económica como Carlos Olazábal y Javier de Andrés han acortado las distancias con el PSE en la defensa del interés territorial. En el caso de De Andrés, beligerante desde el principio, ha tenido el respaldo político de Alfonso Alonso que recuerda de la tradicional postura mayoritaria en el seno de Vital Kutxa contra cualquier fusión. De hecho, la candidatura impulsada por este partido tuvo el mayor respaldo entre los impositores en lás últimas elecciones de la renovación de órganos internos.

Olazábal, por su parte, ha comparecido para ensanchar la polémica hasta Vizcaya, a pesar de que en este territorio la mayoría nacionalista dentro de BBK se ha asegurado el suficiente respaldo para sacar adelante sin problemas el visto bueno de la asamblea a la fusión. Sin embargo, el dirigente del PP ha apelado a la falta de explicaciones al impositor sobre las líneas maestras de la operación en materia de fondos propios y de la obra social.

Con estas reacciones se complementan las primeras posiciones del PP, que no tuvieron la acidez que se esperaba en función de la línea habitual de este partido. Sin embargo, Antonio Basagoiti asegura con nitidez que "por el PP no va a salir adelante la fusión".