Lo bueno de la crisis
No pretendo demostrar que la crisis económica sea una buena cosa, pero sí afirmar que no todo es negativo. Y siendo habitual que todo mundo hable de lo negativo de la crisis, quiero yo hablar de lo positivo, que también lo hay.
Y como no hay mal que por bien no venga, podemos comenzar diciendo, por ejemplo, que al consumir menos combustible se posterga el colapso energético, disminuye la circulación de vehículos y, por tanto, los accidentes; habrá menos contaminación atmosférica y mejorará la salud de las personas y del planeta.
Aprenderemos a diferenciar lo útil de lo necesario, devoraremos menos recursos, generaremos menos basura, se pondrá un poco de orden y cordura en el crecimiento descontrolado, valoraremos más lo que tenemos, se agudizará el ingenio y se guardará algo, por si las moscas.
Si crecemos más despacio, si reducimos el consumo y la contaminación, en general, alargaremos la vida del planeta y tardaremos más tiempo en dejarlo inhabitable, inservible y agotado; de tal manera que tendremos más tiempo para descubrir otro planeta donde poder mudarnos cuando el actual esté a punto de reventar y nos llegue al cuello la inmundicia.
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