Esperanza Aguirre: 'Mucho toro'
Leo la noticia de que la Comunidad de Madrid, regida por Esperanza Aguirre, boicotea la asignatura de Educación para la Ciudadanía mientras casi simultáneamente leo con gran placer Mucho toro, un divertidísimo relato de los años que el periodista británico Tim Parfitt vivió en Madrid trabajando en el lanzamiento de las revistas Vogue y GQ. He leído las últimas páginas de este libro unos minutos antes de empezar a escribir este artículo. Y, naturalmente y, además, por fortuna, el tono cómico de Mucho toro me ha librado de dar rienda suelta a mi indignación por este nuevo despropósito de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha anunciado que los alumnos objetores, a cambio de no estudiar Educación para la Ciudadanía, podrán hacer tareas de voluntariado o algún otro trabajito en el mismo centro educativo. Cerca de 62.000 alumnos madrileños de 2º y otros 53.000 de 4º de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) tienen que estudiar por ley de alcance nacional esta imprescindible materia en su temario a partir de este curso.
En 'A load of bull', Tim Parfitt ve la imagen internacional del toro de Osborne
¿Se podía esperar este dislate de la presidenta de la Comunidad de Madrid? Sin duda, sí. Organizaciones conservadoras de otras comunidades autónomas ya han recurrido a los tribunales la impartición de esta materia con fallos dispares. Mientras el Tribunal Superior de la Comunidad Valenciana mandó a criar malvas una propuesta similar a la de Aguirre que parió el presidente Francisco Camps, las organizaciones conservadoras de Andalucía y de La Rioja entonan cánticos de agradecimiento al Altísimo porque su impugnación de la letal Educación para la Ciudadanía ha sido aceptada por los jueces.
Como veo que me empieza a hervir la sangre y podría hablar de la presidenta de la Comunidad de Madrid con la cólera con que el poeta latino Juvenal incendió sus feroces Sátiras, que incluyen versos que muy bien podrían haber llevado a su autor a los tribunales, abro de nuevo con intención de encaminarme por la ruta del buen humor Mucho toro e incluyo estas palabras de su autor referidas al título del libro que espero que a Esperanza Aguirre, como ex alumna del Instituto Británico, le interesarán. Dice Tim Parfitt que A load of bull (el título original en inglés) no significa mucho toro. A load of bull es un juego de palabras -y añadamos que digno de Quevedo-, un divertimento que mezcla tres conceptos: por una parte, el americanismo bullshit (literalmente, mierda de toro, tonterías); y por otra parte, las célebres criadillas de toro, testículos que se sirven como tapa incluso en los bares de los obispados y que casi fue lo primero que comió Tim Parfitt cuando llegó a España.
Finalmente, en A load of bull Tim Parfitt ve la imagen internacional del toro de Osborne, que en las celebraciones deportivas -y ahí está a tiro de piedra la Eurocopa- parece que ha triunfado como símbolo patriótico-pintoresco. Y añade literalmente el autor que ya está acostumbrado a ser malentendido por todo el mundo, especialmente en España, así que... Mucho toro.
Reconciliados hasta con nuestros rivales por el fantástico humor de Tim Parfitt, veamos los puntos positivos de la actuación de Esperanza Aguirre. Es verdad que, en su rebeldía contra la impartición general de Educación para la Ciudadanía, ha hecho un pan como unas hostias, aunque quizá sería preferible decir, con mayor unción, como unas sagradas obleas, que es lo que dicen los fieles que asisten a los oficios religiosos de la parroquia gótica de la Concepción de Nuestra Señora de la calle de Goya, en la esquina misma con Núñez de Balboa.
Pero seamos imparciales y reconozcamos la gran apertura ideológica de la presidenta de la Comunidad de Madrid en su aceptación total de las restantes materias dictadas por el Gobierno. ¿Ha impugnado Aguirre la enseñanza de las matemáticas? Sólo un hijo de Satanás engendrado en un coito súcubo en la glorieta del Ángel Caído del Retiro se atrevería a levantar esta calumnia contra nuestra presidenta. ¿Ha impugnado Aguirre la enseñanza de la lengua española, de la física, de la química, de las ciencias sociales, de la ética, una materia que bien podría haber impugnado porque incluye la deletérea doctrina racionalista de Spinoza, que se carga a Dios, a la Iglesia católica, al Santo Padre, porque este judío holandés, incluso cien años antes de la independencia norteamericana y de la confección de su bandera, no reparaba en barras ni estrellas? Seamos justos con Esperanza Aguirre: ella acata sin rechistar la enseñanza de docenas de materias. Ella sólo siente un odio más que púnico por la enseñanza de Educación para la Ciudadanía.
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