Ensalada tibia de langostinos
Iba a hacer otra receta con sardinas, tan veraniegas ellas y de repente me he acordado no sé por qué de esa inquietante canción de cuando niño Vamos a contar mentiras. Esa que habla de sardinas por el monte y liebres por el mar, acompañada de una música oscura y enfermiza. Qué mal rollo. Es una canción siniestra y no soy el único que lo piensa. La ensayista americana Violet Brown asegura que el autor de la letra es Edgar Allan Poe y que la escribió en pleno delirium tremens, en medio de terribles visiones satánicas. Es más, dicen que si giras al revés la canción Being for the Benefit of Mr. Kite!, del Sgt. Peppers de los Beatles, puedes oír una voz agónica (como de Paul McCartney que por aquel entonces estaba muerto, aunque luego resucitó creo) que dice by the sea run the rabbits, por el mar corren las liebres, ¿y quién aparece en el centro de la portada del disco? El mismísimo Edgar Allan con cara de trastornado. Una jodida conspiración. De hecho, seguro que el coñac que aparece todos los años en la tumba de Poe el día de su cumpleaños lo dejan los de Lexatín, agradecidos por la cantidad de adultos que lo tomamos, tarados en nuestra vejez por haber oído la canción de pequeños. Y de repente he necesitado una receta reconfortante. Algo con patatillas, langostinos y mayonesa de bote, tan casera ella. Una ensalada entrañable y plácida como los sueños que hubiera podido tener de niño si no me los hubiera robado esa maldita canción.
Ingredientes
- 1 docena de langostinos congelados
- Un bote de cristal de los de patatas peladas
- 3 dientes de ajo
- 2 guindillas verdes también de bote
- Mayonesa
- Perejil
- Sal
- Aceite de oliva
Instrucciones
Cocemos unas doce patatas (más o menos según el tamaño de los entrañables tubérculos) en agua hirviendo un par de minutos y las reservamos. Picamos los ajos y los ponemos en la sartén con un par de cucharadas de aceite.
Cuando empiecen a hacerse añadimos las guindillas cortadas en tres pedazos y las patatas rotas por la mitad. Removemos bien y añadimos los langostinos descongelados, pelados y preferiblemente crudos (aunque si los habías comprado cocidos tampoco pasa nada).
Cuando veamos hechos los langostinos y el conjunto nos haya cogido un colorcillo apetecible, retiramos la sartén del fuego, añadimos un poco de perejil, una cucharada generosa de mayonesa y removemos bien.
Tomársela acompañada de una cerveza fresquita es opcional, pero yo diría que bastante recomendable. A la salud de Poe.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.