Un laberinto para los mayores
Decenas de personas ignoran si podrán recuperar el servicio municipal de ayuda a domicilio
Primero les cancelan el servicio y luego les ponen todo tipo de trabas para recuperarlo. Los trámites que tienen que hacer los mayores, o sus familiares, para volver a ser atendidos por los trabajadores de ayuda a domicilio municipal son un laberinto lleno de obstáculos.
David Prieto ha sufrido en primera persona estas dificultades. "Te marean mandándote de un lado para otro y no te dan ninguna explicación", se queja. Su madre, Pilar Ambite, de 80 años, es una de las decenas de afectadas por la decisión del Ayuntamiento de suspender la asistencia doméstica en los distritos de Moratalaz y Carabanchel.
El servicio municipal de ayuda a domicilio se divide en dos prestaciones: atención personal y limpieza del hogar. Los mayores pagan por este servicio una cantidad proporcional a la pensión que reciben.
El quebradero de cabeza para Prieto comenzó el 1 de agosto. Mapfre Quavitae, la empresa adjudicataria que se encarga de prestar el servicio a domicilio en cinco distritos, llamó a su madre, Pilar Ambite, para comunicarle que se suspendía la prestación por orden del Ayuntamiento. La mujer vive con su hija Esther, de 46 años, que tiene una minusvalía del 65% y sufre anorexia.
La alternativa que Mapfre Quavitae le dio fue escueta: "Si tiene cualquier duda, llame al centro de atención a mayores de la calle de Monseñor Óscar Romero".
Sorprendido por la noticia, Prieto llamó al centro. Intento fallido. Nadie descolgó el teléfono. Tras este primer revés, se puso en contacto con la Gerencia de Asuntos Sociales. De nuevo, una respuesta esquiva. "No es asunto nuestro", le dijeron, al tiempo que le remitieron de nuevo a la calle de Monseñor Óscar Romero.
Cansado de dar vueltas, acudió en persona al centro de mayores. Primera sorpresa: habían trasladado el expediente de su madre al nuevo centro de la calle de Zaida, también en Carabanchel. "Hasta ese momento, nadie me había comunicado el cambio", cuenta Prieto. Pero sobre el motivo de su visita, saber por qué su madre se había quedado sin ayuda a domicilio, recibió la callada por respuesta.
Prieto llamó otra vez a la gerencia sin moverse del centro de Monseñor Óscar Romero. En esta ocasión le dijeron que fuera a la oficina de registro situada en la avenida de la Plaza de Toros, 17. Allí presentó una reclamación que la Administración debe contestar en un plazo de 90 días.
La travesía de Prieto le llevó hasta el centro de Servicios Sociales de Carabanchel, en la calle de Zaida. "Tuve la suerte de llegar a tiempo, porque sólo te atienden entre las nueve y las once de la mañana", relata. Lo máximo que consiguió fue que le citaran para el 27 de agosto a las 12.20. Así que sigue esperando y sin una respuesta.
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