Los talibanes matan a 10 soldados franceses
Los integristas tendieron una emboscada a los militares cerca de Kabul - Sarkozy viaja de urgencia a Afganistán para respaldar a las tropas
Diez soldados franceses murieron y otros 21 resultaron heridos el lunes en una emboscada tendida por los talibanes a 50 kilómetros al este de Kabul, la capital de Afganistán. Los militares formaban parte de una patrulla de reconocimiento y fueron atacados desde tres posiciones en una zona montañosa. Se trata de la mayor pérdida en combate que sufren las fuerzas de la OTAN en Afganistán desde la caída del régimen talibán, en 2001. Y es también el ataque más mortífero sufrido por el Ejército francés desde que un atentado en Beirut (Líbano) matara a 58 paracaidistas en 1983. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, viajó ayer mismo a Afganistán para mostrar su respaldo al contingente de su país. "Mi determinación sigue intacta. Francia está decidida a continuar la lucha contra el terrorismo, por la democracia y la libertad", dijo Sarkozy.
Los milicianos usaron armamento pesado, y el combate duró varias horas
Los soldados franceses, de tres regimientos de élite de paracaidistas e infantería de marina, murieron en un fiero combate después de que su unidad fuera emboscada en el distrito de Sarobi por al menos un centenar de talibanes provistos de ametralladoras pesadas, morteros, cohetes y armas ligeras.
El ataque comenzó a primera hora de la tarde, y la batalla se prolongó hasta bien entrada la noche, según explicaron ayer el general Jean-Louis Georgelin, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, y el ministro de Defensa francés, Hervé Morin.
En la misión de reconocimiento participaban también tropas afganas y estadounidenses de la región centro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán, liderada por la OTAN. La emboscada, en un puerto de montaña, "estaba muy bien montada", dijo el general Georgelin, que destacó la "mayor capacidad de los talibanes para maniobrar y organizarse", así como para abastecerse de municiones.
El destacamento recibió la ayuda de la aviación estadounidense. Según la ISAF, "un gran número" de talibanes murió en el combate. El ministro de Defensa francés habló de una treintena, entre ellos un importante jefe islamista. La guerrilla talibán, apoyada por Al Qaeda, ha aumentado últimamente los ataques en torno a Kabul, fuera de sus bastiones tradicionales del este y del sur del país.
Las reacciones internacionales al ataque no se hicieron esperar. El jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, calificó el ataque de "acto indigno y bárbaro". "Estos soldados servían a la libertad y a la democracia, y han caído por defender estos valores", añadió Solana. "Me inclino ante su sacrificio. Su valor honra a Francia y a toda Europa". También el primer ministro británico, Gordon Brown, rindió homenaje a los diez militares de la ISAF. "No se sacrificaron sólo por Francia, sino por todos aquellos que quieren ayudar al pueblo afgano a construir un mejor futuro y un mundo más estable", dijo Brown en un comunicado. "Estamos decididos a defender la libertad ante la violencia y la tiranía, y estamos orgullosos de estar junto a Francia y nuestros aliados en esta causa". Tanto el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, como el ruso, Dmitri Medvédev, expresaron sus condolencias a las familias de las víctimas.
En lo que va de año, 183 soldados extranjeros han muerto en Afganistán, entre ellos 99 estadounidenses y 84 de otras nacionalidades.
La rapidez de reacción del presidente Sarkozy, con su viaje a Kabul, contrasta con la incomodidad de la oposición que, si bien critica el despliegue francés en Afganistán, no quiere que sus comentarios se mezclen con la noticia de la muerte de los soldados. Sólo el ultraderechista Jean-Marie Le Pen se ha atrevido a poner el dedo en la llaga al decir que "los soldados cumplían con su deber pero no han muerto por Francia sino por una guerra interminable que EE UU mantiene en ese país en defensa de sus intereses". Francia tiene en la actualidad unos 3.000 soldados desplegados en Afganistán bajo el mando de la OTAN, que dirige una coalición de unos 70.000 hombres, entre ellos 800 militares españoles. Para Sarkozy, "la causa es justa y honra a Francia y sus tropas el defenderla". El pasado mes de abril, el presidente francés aceptó enviar 700 hombres suplementarios a Kabul.
Durante la campaña electoral de las presidenciales de 2007, Sarkozy había dicho que "no está entre los intereses de Francia permanecer indefinidamente" en Afganistán y se mostró partidario de proseguir la retirada de tropas insinuada bajo la presidencia de Jacques Chirac. Una vez elegido, Sarkozy ha dado un giro de 180 grados y se ha embarcado en una política atlantista insólita en Francia.
Sarkozy y Fillon han aprovechado hábilmente el hecho de que la intervención militar francesa fuese acordada por un primer ministro socialista -Lionel Jospin- bajo la presión de los atentados del 11 de septiembre 2001. Los socialistas franceses temen "tener que soportar en Afganistán lo que los estadounidenses ya no pueden aguantar en Irak", según dijo el portavoz Jean-Marc Ayrault.
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