El plan de la Ciudad del Mar provoca la protesta de investigadores del CSIC
Un grupo de científicos tacha el proyecto de "pésimo, excluyente y poco integrador"
La futura Ciudad del Mar se enfrenta a un doble problema urbanístico y científico. El plan para crear en los antiguos terrenos militares de la ETEA en Vigo un gran centro de investigaciones marinas, respaldado por Zapatero y Touriño, carece todavía del suelo necesario para echar a andar, debido al retraso del convenio por el que la Xunta adquirirá la propiedad al consorcio de la Zona Franca de Vigo.
Los problemas no acaban ahí: el proyecto científico elaborado por una comisión de expertos ha generado una polémica entre investigadores gallegos, liderada por los del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM), el centro que debe capitanear la futura Ciudad del Mar.
Entre la comunidad científica gallega se extiende la opinión de que las dificultades urbanísticas y el elevado presupuesto del proyecto han llevado a la Xunta a desentenderse del mismo, a pesar de que lo promueve en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las tres universidades. Es la opinión del científico del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo Antonio Figueras, considerado el padre de la idea.
A estos problemas se une la controversia generada por el proyecto científico, un documento de 98 páginas elaborado por un grupo de trabajo y que ha motivado la protesta de 20 investigadores, todos ellos vinculados al IIM, perteneciente al CSIC. Entre ellos se encuentra el propio Figueras, que pese a formar parte del grupo encargado de elaborar el documento científico se desmarca de él por su "escasa calidad". "Ni siquiera se ha traducido al inglés, para que circule entre los expertos internacionales en investigación", se lamenta.
En una carta remitida al presidente del CSIC, Rafael Rodrigo Montero, los científicos del IIM opinan que el proyecto es "pésimo", "excluyente" y carece de "una concepción integradora de la investigación marina". La misiva denuncia la ausencia de un "proceso previo de debate abierto y transparente, que analice capacidades, evalúe necesidades e identifique carencias". La propuesta científica supondría "la desaparición gratuita del Instituto de Investigaciones Marinas", añade la carta.
Los científicos del IIM reclaman al director del CSIC que convoque a los investigadores de las instituciones implicadas y a las susceptibles de estarlo -en referencia al Instituto Español de Oceanografía- a una reunión, "para reflexionar sobre el proyecto y el modo de llevarlo a cabo". "Se hace imprescindible reorientar el proceso de forma que se puedan corregir todas las deficiencias mencionadas", agregan los investigadores.
Mientras la comunidad científica discute, la Ciudad del Mar acumula retrasos. De los cinco millones de euros previstos en 2007 para el proyecto, la Xunta sólo ejecutó 110.000, lo que demuestra el nulo impulso de una actuación que, según el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, tendrá un coste total de 100 millones de euros. De esa cantidad, seis millones se deberían destinar a comprar los terrenos a Zona Franca, entidad que en 2002 pagó por ellos al Ministerio de Defensa cinco veces más.
El último trámite para la compra de los terrenos, de 115.000 metros cuadrados, fue la aprobación por la Zona Franca, el pasado 23 de abril, del protocolo de colaboración con la Xunta para la actuación urbanística, documento que mereció las críticas de los grupos municipales del BNG y del PP por su "oscurantismo". El Gobierno gallego aún no ha estampado su firma en el convenio. El relevo en Zona Franca tampoco ha favorecido la operación. La nueva delegada en el consorcio, Teresa Pisano, eludió referirse a la venta de la ETEA en su toma de posesión, en junio pasado, en la que en cambio sí subrayó la necesidad de efectuar "una eficaz gestión del patrimonio" del organismo.
Intercambio de cartas
Un intercambio de cartas y correos electrónicos salpica la polémica provocada por el proyecto científico de la Ciudad del Mar. La principal, la que enviaron los 20 científicos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo al presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, está firmada el pasado 28 de abril y destapó la caja de los truenos. El 12 de mayo, seis de los ocho responsables del proyecto científico replicaron con otra misiva en la que repasan la cronología de su trabajo, subrayan que sólo contaron con 122 días para elaborarlo y recuerdan que se abrió un plazo de otros 40 para reflexiones y otras aportaciones.
La contrarréplica llegó al día siguiente y la protagonizó Antonio Figueras, precursor del proyecto de la Ciudad del Mar, en otra carta en la que denuncia: "Las prisas por entregar la memoria científica del CAIM
[Centro Atlántico de Investigaciones Marinas, nombre técnico de la Ciudad del Mar], y no sé por qué se tenían tantas, hicieron que no se pudiera presentar y debatir la propuesta científica con tranquilidad". El investigador aboga por encajar en el CAIM un Instituto de Alimentos, descartado en la memoria científica, puesto que "el sector del pescado necesita también de investigación, y no sólo de desarrollo tecnológico".
El proyecto propone una plantilla de 404 personas
50 investigadores, 15 contratados postdoctorales, 65 predoctorales, 50 técnicos y 68 contratados en unidades técnicas y de servicios. En total, 248 personas que, según el proyecto para la Ciudad del Mar, deben trabajar a corto plazo en el futuro centro investigador de la ETEA. La previsión tras 15 años de actividad es de un crecimiento en 156 efectivos, hasta alcanzar la cifra de 404. Se trataría de 80 investigadores, 25 postdoctores, 105 en formación predoctoral, 90 técnicos y 104 personas en unidades técnicas y de servicios.
Son los planes para el Centro Atlántico de Investigaciones Marinas (CAIM), núcleo duro del proyecto de la Ciudad del Mar, de acuerdo con la Propuesta de creación de un centro mixto CSIC-Sistema Universitario de Galicia, a la que ha tenido acceso este periódico. Pero no son las necesidades de personal las que han generado la polémica con los científicos del Instituto de Investigaciones Marinas, sino su supuesta calidad deficiente y algunas decisiones concretas. Entre ellas, la de descartar la creación de un Instituto de Alimentos.
La propuesta científica aboga por eliminar dos de las áreas estratégicas inicialmente incluidas en el proyecto. Una de ellas, la gestión de datos oceanográficos, que se sustituye por la "más ambiciosa" Plataforma de Datos Oceanográficos, que completaría, junto al CAIM y un centro de interpretación de las Islas Cíes, el entramado científico de la Ciudad del Mar. La otra exclusión es la del área de análisis de sistemas marinos complejos, que "no parece contar con una masa crítica suficiente de expertos disponibles en Galicia".
Dependencia política
El CAIM, que "nace con el propósito de ser uno de los centros de investigación más importantes de España y sin duda el mayor" en ciencias marinas, se centraría en dos sectores: ecosistemas marinos y genómica marina. Reconoce el documento del grupo de trabajo entre las debilidades del proyecto la falta de definición sobre la ubicación y características de la sede del centro, su escasa autonomía de gestión y ejecución, la indefinición sobre los sistemas de incorporación y promoción de personal de apoyo y servicios y problemas derivados de la condición de centro mixto CSIC-Universidades. Entre las amenazas reconocidas destaca "la dependencia del proyecto de la coyuntura política".
De la ubicación, aboga por la utilización de una superficie construida de 22.000 metros cuadrados, en un edificio de la antigua ETEA pegado al mar. El proyecto de la Ciudad del Mar que estará abierto al público "se valora positivamente", pero se advierte que "no debería ser un elemento perturbador de la necesaria quietud de un campus académico-investigador".
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