São Paulo y la fuerza del libro

Un total de 1.200.000 libros expuestos en una superficie de 70.000 metros cuadrados en el parque Anhembi. Se esperan a un millón de visitantes -de los cuales, unos 200.000 niños- en la 20ª Bienal Internacional del Libro de São Paulo -la capital económica y financiera de Brasil-. Es la segunda mayor feria literaria del mundo.

La bienal, que celebra los 200 años de la llegada del libro a Brasil, fue inaugurada el jueves por el ministro de Cultura brasileño, João Luiz Silva, y su homólogo español, César Antonio Molina. Un día antes, y como prólogo, tuvo lugar el 7º Congreso Iberoamericano de Editores. Era la primera vez que la cita, a la que asistieron más de 400 editores de España y de América Latina, tenía lugar en Brasil.

La fuerza cultural de la 20ª Bienal, que se clausurará el próximo día 24, queda resumida en sus números: hay un acontecimiento cultural cada tres minutos con un total de 690 horas de programación con conferencias, seminarios y debates con los autores.

Un debate en Internet sobre el libro, en el que han participado en pocos días cerca de 20.000 internautas, ha demostrado según Rosely Boschini, presidenta de la Cámara Brasileña del Libro, una de las instituciones organizadoras de la bienal, "que la lectura sigue siendo un motivo de placer".

El 7º Congreso Iberoamericano de Editores, celebrado físicamente a las puertas del recinto ferial, ha mostrado también, como se desprende de las conclusiones que presentó Gonzalo Arboleda Palacio, presidente del Grupo Iberoamericano de Editores, que existe una gran esperanza en el futuro del libro y de la lectura.

Miguel Ángel Cayuela, consejero delegado del Grupo Santillana, expuso las claves para que el libro siga teniendo "vocación de eternidad", sea el que fuere el soporte en el que podrá ser producido en el futuro. Para Cayuela, eso dependerá del aumento de la alfabetización en el mundo, de la calidad de la formación, de la educación artística y del contenido de los libros. Para crear "niños lectores", explicó, "hay que ofrecerles libros que les hagan pensar, fomentar valores y, al mismo tiempo, que les hagan divertirse". Lo dijo en Brasil, un país cuyo potencial infantil y juvenil es enorme al contar con cerca de 60 millones de estudiantes, y en un certamen donde hay 900 editoriales que presentan más de 4.000 títulos nuevos y en el que habrá más de 1.000 autores firmando sus obras.

En el cierre del Congreso, el ministro español de Cultura recordó que la industria del libro ofrece empleo en España a 30.000 personas y supone el 0,7% del PIB. Molina insistió en que el libro es una construcción colectiva y citó a la escritora brasileña Nélida Piñon, quien suele afirmar: "Yo soy la lengua que respiro y que piensa". Molina visitó también el Museo de la Lengua Portuguesa de São Paulo, que podría ser imitado en España, según el ministro, con todas las lenguas nacionales.