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Reportaje:Chiringuito de verano en... Calldetenes

El sabor del tiempo

Ca la Nena, en Calldetenes, mantiene vivo el sentido de la convivencia

Es un bar de pueblo con lo que ello supone: sustituto del ágora ateniense, es decir, lugar de encuentro, de charla, de intercambio de coincidencias y discrepancias. Allí se come y se bebe, se juega y se apuesta, se alza la voz (incluso se jura) y se guarda silencio cuando corresponde. Y los días de partido se acude a ver cómo juega el Barça. A veces para bien y, en las últimas temporadas, para tirando a regular. Es Ca la Nena, local de Calldetenes, casi al lado de Vic, también conocido con el nombre de los que fueron sus primeros propietarios: Can Palló.

La Nena es Margarida Pratdesala. Llegó al local en 1933. Estaba entonces cerrado por el abandono de los "Pallons". Procedente de la vecina Vic, la familia de Margarida -nacida en 1929 y que entonces era verdaderamente "nena" por ser niña y "la" por hija única- se instaló en el local. Y allí siguen la Nena y también sus descendientes, que no han dejado de regentar el bar desde aquel lejano y republicano año. Sin interrupciones.

Entre 1936 y 1939 la parte superior del edificio fue confiscada para instalar allí a mandos de tropas

El sobresalto mayor en la historia del establecimiento se produjo entre 1936 y 1939, cuando la parte superior del edificio fue confiscada para instalar allí a mandos de tropas. Luego todo volvió a la anormal normalidad de una posguerra de color mortecino, que en Calldetenes podía parecer que era el efecto de la niebla que cubre buena parte de la comarca buena parte del año. Pero la niebla no es perpetua y la gris posguerra, lo parecía.

En Ca la Nena se mantiene aún el sabor del tiempo sin niebla. La cocina es tradicional y honesta y se ofrece a todas horas. Hay comidas, por supuesto, pero también esos abundantes "desayunos de tenedor" de los que algún escritor catalán ha dejado nítidas reseñas. Desayunos a base de hogazas de pan con tomate, aceite y sal, acompañado de butifarra, sola o con secas o patatas. También se puede optar por la tortilla, de color más subido que la que proporcionan los huevos de supermercado. Y luego están las pelotillas con sepia y el cap i pota y el bacalao. Todo un surtido para el paladar hecho a base de tratar a los productos de la tierra como Dios, si existe, dicen que manda. Y luego hay quien prefiere el cruasán y el café con leche, caliente y vivificante en los fríos inviernos de Osona, sin descartar el carajillo, en sus diversas variantes, que también entona.

A mediodía, la mayoría de comensales optan por los menús. Pero al caer la tarde, el local recupera el pulso de la discusión. Allí se reúne la gente del pueblo para jugar a la butifarra o al "sólo", una variante de ese mismo juego a la que se incorporan los triunfos. Se bebe café o carajillo o un vaso de vino o cerveza. A veces, incluso refrescos.

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Pero cuando más se llena, sin ningún género de dudas, es cuando hay partido del Barça. Aquello es un Camp Nou a escala: todo "ple com un ou", a decir de Pep, hijo de Margarida y que se sabe conocido como "el Pep de Ca la Nena".

Margarida está allí casi siempre, como lo está también su hijo Pep, que atiende al personal. Él estudió Ciencias Económicas en Barcelona, carrera que le ha servido para tener una visión general del mundo y para regentar el negocio junto a su esposa, Maria Teresa, que se encarga de la cocina con decisión que se nota en los platos. "Igual conmigo se acaba la tradición", comenta Pep, padre de dos hijos. La mayor estudia Ingeniería de Caminos. El menor, de 11 años, aún no ha decidido su futuro.

El local ha ido ampliándose, ganando espacio al patio posterior y, también, a un local adosado que otrora fuera una tienda donde se vendía de todo un poco. Entonces, eran tiempos de otro color, la clientela se repartía como en misa: en una zona, la del bar, los hombres; en la otra, la tienda, las mujeres. Hoy, como en la escuela pública y progresista, el bar es de asistencia mixta, salvo en materia de humos, que se ha adaptado a la modernidad y ha separado zona de fumadores y no fumadores. Y como en la escuela, el bar es centro de aprendizaje de miles de cosas, empezando por la convivencia.-

Ca la Nena. Carrer Gran, 18. Calldetenes (Osona). TELÉFONO:93 889 12 16

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