Playa Macenas
No hace demasiado tiempo, algo más de una década, que inicié mis visitas por el cabo de Gata y sus cercanías, playas excelentes, arenas limpias, aguas cristalinas, peces, paz.
Interrumpidas todas ellas por la explosión de la construcción, voraz donde las haya en todo el litoral del Mediterráneo. Cada año que me desplazo a este magnífico lugar de nuestra geografía, donde sentía tranquilidad, paz, vida, ahora me invade la impotencia, la rabia, el odio, hacia todos aquellos que han colaborado en la destrucción de este paraje inimitable en toda Europa. Hace años fue el hotel construido en la playa del Algarrobico, a fecha de hoy en espera de ser derruido, ahora le toca a la playa de Macenas, llamada así por la presencia de la única torre que se conserva del castillo de Macenas, construido en el siglo XVIII y recientemente declarada monumento de interés cultural. Aquel castillo, que en su día sirvió de defensa, hoy se defiende de cientos de grúas, construyendo hoteles, bungalós, adosados y, para coronar semejante obra, un campo de golf y un cartel bajo título "Macenas Sensations".
Desde mi humilde posición maldigo a todos los que han propiciado semejante impacto medioambiental, destrozando un lugar donde el hombre siempre fue hombre como quiso, vestido, desnudo, sentado y en paz.
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