Moscú se hace con el control de Osetia del Sur y Abjazia
El control de las costas abjazas ampliará al Kremlin sus salidas al mar Negro
Una vez conseguido el control de Osetia del Sur, Rusia intensificó ayer sus acciones militares en Abjazia, la otra región separatista que oficialmente forma parte de Georgia, aunque desde principios de los noventa goza de una independencia de hecho después de hacer ganado una cruenta guerra contra Tbilisi.
Los rusos aseguran que han abatido dos helicópteros georgianos en Kodor
Los bombardeos de la artillería y de la aviación contra la parte alta del desfiladero del Kodori se multiplicaron, mientras Rusia daba un ultimátum a las fuerzas georgianas que había en la llamada zona de seguridad (1.500 hombres) para que entregaran todas las armas. El general Serguéi Chaban, comandante de las fuerzas pacificadoras rusas en la región, advirtió que si las tropas georgianas rechazaban el ultimátum, tomarían "todas las medidas necesarias para obligarles" a rendirse. Rusia ha concentrado una fuerza de 9.000 hombres en Abjazia, que son apoyados por aviones, helicópteros y buques.
Poco después del ultimátum, los rusos cruzaban la frontera administrativa de Abjazia y entraban en territorio georgiano, donde tomaron el control de Zugdidi, centro del distrito del mismo nombre, y continuaron avanzando hacia Senaki.
Abjazia, pequeño país de 8.600 kilómetros cuadrados en el noroeste de Georgia, tiene una importancia estratégica difícil de subestimar para Rusia. Su principal riqueza es su costa y las aguas adyacentes. Sobre todo cuando Rusia, después de la desintegración de la URSS, perdió la mayor parte del mar Negro y su flota se ha visto obligada a mantener su sede en un país extranjero: en Ucrania, concretamente, en la península de Crimea.
Precisamente desde Crimea han llegado los buques de guerra rusos que ahora bloquean la costa georgiana para, como explica el Kremlin, impedir que el Ejército de Tbilisi reciba armas y otros pertrechos por mar. Además, varios buques patrullan las costas propiamente abjazas, oficialmente para "evitar que allí suceda lo mismo que Osetia del Sur". En esas costas ya se han producido los primeros combates, que han dejado una lancha georgiana destruida. También en el aire hubo bajas para los georgianos: los rusos afirman haber abatido ayer dos helicópteros en Kodori.
Abjazia, la antigua Cólquida donde los griegos encontraron el vellocino de oro, está a tiro de piedra de Sochi, que en tiempos de la presidencia de Putin se convirtió en la capital de verano de Rusia y donde se realizarán los Juegos Olímpicos de invierno de 2014. Moscú, naturalmente, no desea tener allí un gobierno enemigo, ni tampoco que ese territorio forme algún día parte de la OTAN, como sería el caso si Georgia lo recuperara y fuera aceptada en la Alianza.
Todo esto explica el apoyo que los rusos han prestado a la región desde que las tropas georgianas entraran en Abjazia en agosto de 1992 y se apoderaran de Sujimi, la capital. En aquella oportunidad, Tbilisi aprovechó que sus soldados estaban supuestamente persiguiendo a las fuerzas del depuesto presidente Zviad Gamsajurdia para hacer el camino inverso al que han hecho los rusos ayer, es decir, para entrar desde el distrito de Zugdidi. Los abjazos organizaron la resistencia en Gudaúta, más al norte, y con la ayuda rusa, lograron expulsar a los georgianos al año siguiente.
Los lazos económicos con Rusia se han activado especialmente después de que Sochi ganara la sede de las olimpiadas de invierno. Los trenes rusos han vuelto a correr por Abjazia y muchos rusos vuelven a pasar sus vacaciones en las hermosas playas de la costa del mar Negro. Esto, unido a la apertura de filiales de bancos rusos en Abjazia, ha provocado las protestas de Tbilisi.
La operación comenzada ayer en el distrito de Zugdidi, que oficialmente tiene como fin evitar que se repita la situación de Osetia del Sur, en realidad busca otro objetivo, según algunos analistas: impedir que los separatistas abjazos, con Serguéi Bagapsh al frente, se lanzaran a la conquista de Georgia Occidental.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.