El autor de La Pagoda
Miguel Fisac (1914-2006) fue sin duda el arquitecto que trajo la modernidad a España. Nadie duda de que la arquitectura es una disciplina artística. Y así se considera su obra.
Una de sus creaciones más singulares fue La Pagoda, diseñada en 1965 como resultado de sus ensayos con el hormigón, muy presente en todas sus obras. Este edificio de corte oriental era la seña de identidad de la ciudad en la salida por la carretera de Barcelona (A-2). Además, fue la única presencia española en el MOMA de Nueva York en la exposición Arquitectura internacional de los años sesenta-setenta.
Pero caprichos políticos terminaron con el singular inmueble. En la revisión del plan general urbanístico de la ciudad de 1997 no se incluyó el edificio, situado en la calle de Josefa Valcárcel, como protegido. Lo que permitió dos años después, en el verano de 1999, derribarlo para sustituirlo por edificios de oficinas.
El autor nunca mostró rencor por la demolición. Pero sí defendió las cualidades del edificio. "Habría resistido una bomba atómica", contó unos años antes de fallecer en su casa de Cerro del Aire.
Fisac concebía la arquitectura como "un trozo de aire humanizado". Un pensamiento que debió madurar cuando, siendo estudiante de arquitectura, se vio obligado a esconderse en el zaguán de su casa para evitar la represión al comienzo de la Guerra Civil. Pasó un año en ese espacio tan reducido, del que apenas podía salir por un estrecho recoveco. Quizá por eso su obra huye de espacios angostos. Está trufada de una anarquía ordenada, fruto de la experimentación con los materiales. Como los pisos que esperan en Vallecas.
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