_
_
_
_
_

Construir un 'fisac' sale caro

La empresa encargada de realizar un edificio diseñado por el arquitecto manchego reclama más dinero al Ayuntamiento

Jesús Sérvulo González

No es lo mismo un edificio simplón de ladrillo visto que una obra póstuma concebida por el prestigioso arquitecto Miguel Fisac. Ni para el paisaje urbano, ni para el bolsillo. La arquitectura de quilates aporta frescura y atractivo a una ciudad. Por eso, el Ayuntamiento de Madrid apostó hace años por contratar a grandes arquitectos para levantar viviendas sociales. Pero el diseño sale caro. Y uno de los afectados por esta moda de vestir de prêt-à-porter los pisos de protección oficial es un edificio de 53 viviendas en el Ensanche de Vallecas que cuenta con la firma de Miguel Fisac.

El Ayuntamiento estudia rescindir el contrato y sacarlo de nuevo a concurso
Más información
El autor de La Pagoda

La Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), del Ayuntamiento de Madrid, decidió que uno de los edificios de viviendas sociales de esta zona llevara la rúbrica del proyectista manchego (Daimiel, 1913-2006). Fisac inventó y patentó una técnica conocida como arquitectura vertida, que ahorra riesgos en la construcción y que se aplicaría para este edificio. El sistema permite fabricar en hormigón las piezas de la estructura del inmueble en fábrica. Cuando están listas, sólo hay que ensamblarlas, lo que acelera los trabajos y reduce el riesgo laboral. Sin andamios y con una sola grúa, se construye el esqueleto del edificio. Y así se aprobó el proyecto, el 27 de julio de 2006, para que la constructora Tableros y Puentes (Tapusa) levantara el singular edificio. Sería la obra póstuma de Miguel Fisac. El último diseño del genial arquitecto, que impulsó la modernidad artística en la España de la posguerra. El anterior reflejo de su imaginación quedó grabado en un polideportivo que diseñó en Getafe en el año 2000.

Pero en el último Consejo de Administración de la EMVS, celebrado el pasado 11 de junio, se torcieron las cosas. Los responsables de la empresa municipal propusieron rescindir el contrato con la constructora Tapusa. Esta firma había reclamado al Ayuntamiento de Madrid que elevara el presupuesto para hacer el edificio nada menos que un 50%. Y los responsables municipales alegaron que había un contrato suscrito con un precio fijado.

"Se trata de una obra de extraordinaria singularidad, con un sistema constructivo que no se ha experimentado aún en España. Parte de la estructura y la fachada se hacen con técnicas experimentales. Es muy espectacular", asegura Jorge San José, responsable de Tapusa. Esta sociedad se adjudicó la construcción de 53 viviendas protegidas en la calle Provisional Ensanche de Vallecas. La Promoción Vallecas Ensanche 55 tenía un presupuesto de 4.447.724 euros para levantar las viviendas y arañar algo para sus beneficios.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero San José se queja de que "es prácticamente imposible garantizar costes con este tipo de proyectos". Por eso, la empresa ha reclamado un incremento del presupuesto del 50% como mínimo para poder concluir la obra, que se elevaría hasta casi siete millones de euros.

"Los proveedores no nos garantizan unos precios. El hormigón utilizado es especial y el proyecto requiere una investigación y desarrollo que no se contempla en los costes", añade el responsable de Tapusa. A la hora de plasmar la idea en el hormigón, el dinero se dispara. Y, así, la obra deja de ser rentable.

Pero la EMVS no parece dispuesta a elevar el gasto. Un portavoz municipal recuerda que "la empresa conocía la dificultad del proyecto cuando se presentó al concurso". El Ayuntamiento está considerando la idea de resolver el contrato y sacarlo de nuevo a concurso. Pero la empresa amenaza con pedir una indemnización de 500.000 euros por daños y perjuicios por lucro cesante. "Los arquitectos de la dirección de obra facultativa han reconocido que el proyecto tiene una desviación de costes del 43%. La EMVS no ha entendido la situación y aún estamos negociando. La negociación no está cerrada", concluye San José.

La estructura de hormigón del edificio se yergue en el Ensanche de Vallecas. Es como la espina de un pez desgajada de toda carne. No hay obreros y sólo dos carteles, uno del Ayuntamiento y otro de la constructora, definen de quién es el inmueble. La zona está repleta de edificios de diseño de arquitectos como Paolo Mendes da Rocha o Thom Mayne.

El concejal socialista responsable en temas urbanísticos, Pedro Sánchez, considera que estas situaciones se producen por la "improvisación constante en el urbanismo madrileño. No se es realista. Se presupuesta poco dinero para un proyecto, provocando que a mitad de obra la empresa se descuelgue pidiendo un 50% más". El edil socialista cuestiona el sobrecoste de todas las obras municipales. Sánchez alerta del retraso de este tipo de obras. "Aunque no hay adjudicatarios reales, sí hay una bolsa de ciudadanos que esperan a obtener una vivienda. Y estas situaciones lo retrasan".

No es la única obra adjudicada por la EMVS que se queda en pausa, porque la constructora no da abasto. Hace unos meses, la empresa Fonorte se plantó y dejó a medio hacer un vanguardista bloque de viviendas en el Ensanche de Carabanchel. El despacho de arquitectura de Rafael Cañizares Torquemada había imaginado impregnar un edificio de 18 viviendas del espíritu del artista Paul Klee.

El pintor suizo inundaba todas sus obras de radiantes colores. Y el proyecto ideado por Cañizares consistía en un edificio pixelado con ventanas horizontales de colores. La constructora Fonorte rescindió el contrato que le unía a la EMVS porque consideraba que el presupuesto para acometer la obra era insuficiente. En aquel caso, se anuló el contrato de mutuo acuerdo, a diferencia de lo que ocurre con el proyecto de Fisac.

"Es una pena que se gaste tanto dinero en estos proyectos cuando hay mucha gente con problemas de acceso a la vivienda", señala Sánchez. "Está bien el diseño, pero primero hay otras necesidades", concluye.

Un portavoz del Colegio de Arquitectos asegura que no es bueno que se pare una obra, sea de quien sea. El diseño es un valor muy importante. Pero hay una explicación. "Si han parado la obra es porque han sobrepasado el umbral de rentabilidad", señala.

Maqueta del edificio de Miguel Fisac en Vallecas.
Maqueta del edificio de Miguel Fisac en Vallecas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_