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Montilla echa toda la culpa al Gobierno por el desacuerdo en la financiación

El presidente de la Generalitat pide a Solbes otra propuesta y que no sea desagradecido

Miquel Noguer

José Montilla no siquiera ha esperado a que el plazo establecido por el Estatuto catalán para pactar la nueva financiación de la Generalitat expirara, hoy, sin resultados visibles. Anoche el presidente catalán cargó contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que echó todas las culpas por la falta de acuerdo, al tiempo que emplazaba al ministro de Economía, Pedro Solbes, a que presente ya una propuesta "completa" sobre el nuevo modelo de financiación. "No valen las excusas", añadió.

No anduvo con rodeos. Sin caer en el dramatismo que le reclamaban sus socios de Esquerra Republicana, el presidente de la Generalitat sí quiso dejar clara una cosa al Gobierno central: que no se quedará de brazos cruzados al ver cómo se vulnera el Estatuto catalán que el PSOE apoyó en las Cortes y los catalanes votaron en referéndum, tal y como le gusta recordar al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Montilla dijo que el PSOE y el Gobierno central no han interiorizado todavía el Estatuto, que lleva dos años en vigor. "Hay demasiados tics del pasado, demasiadas resistencias y demasiado desconocimiento del nuevo marco jurídico", declaró.

"No podemos asfixiar Cataluña", advierte al Ejecutivo central
El líder del PSC avisa de que habrá una radicalización si no hay acuerdo
Cataluña exige al ministro de Economía un cambio "completo"

Ahora, los quebraderos de cabeza de Montilla se centran en cómo superar el escollo de la falta de acuerdo sobre la financiación, algo que hipoteca los planes a medio plazo del Gobierno catalán y la credibilidad de todo su proyecto político. "No podemos asfixiar Cataluña", dijo, en un intento de explicar que la financiación es necesaria para hacer políticas sociales. De ahí que sus principales críticas se dirigieran hacia Pedro Solbes.

Acotar la solidaridad

En las últimas semanas, el ministro ha argumentado que ha cumplido su parte del pacto al haber presentado una primera propuesta de financiación que no vulnera el Estatuto. Pero a Montilla no le basta, pues la encuentra demasiado abierta e "inconcreta". La principal discrepancia estriba en la revisión del mecanismo de nivelación entre autonomías (la solidaridad), que Montilla considera que está recogida de forma muy insuficiente en el documento de Solbes. El Estatuto limita la solidaridad a educación, sanidad y servicios sociales, mientras que la propuesta del Gobierno abre la puerta a incluir todo tipo de competencias, como por ejemplo, la justicia.

Solbes discrepa, pues considera que la Constitución obliga al Estado a financiar todas las competencias que traspasa a las comunidades. Montilla respondió ayer con una defensa de la constitucionalidad del Estatuto. "¿Habríamos acordado en las Cortes un Estatuto inconstitucional?", preguntó.

Esta distancia explica el tono utilizado ayer por Montilla. "Hay quien dice que sólo faltan unos arreglos, pero lo que hace falta es una pieza completa", dijo, manteniendo el símil musical que Pedro Solbes hizo en su día para referirse a su propuesta de financiación. Continuando la metáfora, Montilla dijo que "las primeras notas desafinan; ni tocan la partitura del estatuto ni parecen tener la música adecuada".

En una alocución en el pequeño pueblo de El Montmell (Tarragona), Montilla quiso dejar claro que, si bien dos años es poco tiempo para desarrollar una ley compleja como un estatuto de autonomía, sí hay señales preocupantes. Acusó al Gobierno central, del que él fue ministro hasta noviembre de 2006, de "falta de voluntad política" para desarrollarlo y recordó que "el Estatuto es una ley orgánica del Estado, de obligado cumplimiento para todos". Esta fue la respuesta del presidente de la Generalitat a las voces que, desde el Gobierno y desde el PSOE, han restado relevancia a la fecha marcada por el Estatuto.

El discurso de Montilla mezcló reproches a sus correligionarios del PSOE y llamadas a la calma. Y rechazó de plano los insultos que desde el entorno de Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya se han lanzado hacia Extremadura por no "agradecer" la solidaridad catalana. "No hay que aceptar los argumentos verbales de los que dicen que defienden Cataluña y menosprecian a los otros", dijo el presidente.

Dicho esto, Montilla defendió que las cifras son las que son y que la solidaridad de Cataluña no puede ser ilimitada ni en la cantidad ni en el tiempo. "No se puede mantener la solidaridad siendo injustos y desagradecidos con quien la practica". El presidente catalán recordó la "injusticia" que, en su opinión, representa el hecho de que en Cataluña haya más personas viviendo por debajo del umbral de pobreza que habitantes tienen otras comunidades, en referencia a Extremadura.

Por si las relaciones entre los socialistas catalanes y el PSOE extremeño no fueran ya suficientemente malas, Montilla lanzó una advertencia a sus socios de Esquerra Republicana -que le exigen mayor contundencia- que poco gustará a las comunidades receptoras netas, como Extremadura o Andalucía. Dijo que los insultos y los comentarios subidos de tono pueden "jalear e interesar a los que les viene bien mantener un statu quo de privilegio disfrazado de solidaridad".

Esto también sonó a advertencia hacia Convergència i Unió, que hoy pretende convertir en un acto de "unidad nacional" la reunión que esta mañana mantendrán los nacionalistas y el Gobierno catalán para estudiar una respuesta conjunta a la falta de acuerdo sobre la financiación. Y es que Montilla quiere hacer oír su voz en Madrid, pero no romper la baraja de la negociación. Tampoco quiere acabar con la paciencia del PSOE, que considera que el presidente catalán podría haber controlado mejor la agitación de sus socios.

Pero Montilla lanzó otro órdago al PSOE. Vino a decirle que si no hay acuerdo de financiación, Cataluña se radicalizará. En las últimas semanas, tanto ERC como CiU han vuelto a reivindicar, como objetivo final, la excepcionalidad fiscal vasca y navarra. "No nos levantaremos de la mesa dejando la silla vacía para buscar otra mesa incierta y lejana", manifestaron.

El presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, durante su intervención en Montmell.
El presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, durante su intervención en Montmell.EFE

Las frases

- Retraso de la financiación autonómica: "Todavía hay demasiados tics del pasado, demasiadas resistencias y demasiado desconocimiento del nuevo marco jurídico del Estatuto".

- Defensa de la plena constitucionalidad del Estatuto catalán: "¿Habríamos acordado en las Cortes un Estatuto inconstitucional? Nuestro Estatuto cabe plenamente en la Constitución".

- Críticas a Cataluña: "No se puede mantener la solidaridad siendo injustos y desagradecidos con quien la practica".

- Advertencia contra los insultos a las autonomías pobres: "Éstos pueden jalear e interesar a los que les viene bien mantener un 'estatu quo' de privilegio disfrazado de solidaridad".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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