Las oficinas del paro aumentan el personal para atender el desempleo
La Junta y el Gobierno reforzarán las plantillas con 500 nuevos trabajadores
La subida del número de desempleados en Andalucía ha provocado que las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) registren un aumento de personal. Según la Junta, el incremento de trabajadores interinos asciende a 150 personas en toda la comunidad. Además la Administración central tiene el plan de incorporar, hasta final de año, a 350 personas por un periodo de seis meses. Hasta el momento, en la provincia de Sevilla se han incorporado 21 personas, según el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), que cree que el incremento es insuficiente. "El aumento del desempleo ha hecho visible las carencias del servicio", apuntó ayer José María Delgado, responsable de la sección sindical de CCOO del Instituto Nacional de Empleo (INEM) en Sevilla.
"Hace tres meses atendíamos 60 expedientes al día y ahora unos 100"
Además, Delgado indicó que el periodo de estancia de las incorporaciones -seis meses- es insuficiente porque "se necesita un tiempo de preparación". El ritmo de incorporaciones es lento porque en verano las bolsas de trabajo de los funcionarios disminuyen. La Junta tiene previsto también que después del verano se incorporen 413 orientadores, dos por oficina, que permitirían recolocar a los nuevos demandantes, en su mayoría trabajadores de la construcción y del sector servicios.
Los últimos datos de desempleo registrados en Andalucía -589.360 personas en la comunidad y 136.629 en la provincia de Sevilla en el mes de julio- han provocado una subida del volumen de trabajo en las oficinas del SAE y algunos empleados confirman que se encuentran "desbordados". "Hace tres meses se atendían unos 60 expedientes de desempleo al día. En agosto son entre 100 y 110. Nos quedamos más horas trabajando", explica Antonio Cueto, auxiliar de prestación en la Oficina del SAE de La Rinconada, a 13 kilómetros de Sevilla. Esta oficina da cobertura a las poblaciones de La Rinconada, Burguillos, Alcalá del Río, Castilblanco de los Arroyos, Brenes y La Algaba, donde viven unas 80.000 personas, según el censo de 2007. En esta oficina, relata Antonio Cueto, son 7 trabajadores en verano, y dos de estas personas "acaban de entrar". Durante el año son un total de 11 empleados. Y el volumen de trabajo no para de subir en verano: alrededor de 200 personas llegan a la oficina del SAE cada día, de las cuales 160 piden la prestación de desempleo; unos 110 expedientes son tramitados. "Hacemos más horas para llevar el trabajo al día. En julio lo hemos conseguido, en agosto habrá que hacer un sobreesfuerzo", explica. El plazo máximo que da el Gobierno para resolver los expedientes de desempleo es de tres meses. Esto implica que los funcionarios de las oficinas del paro deban dedicar más horas para resolverlos. "Antes resolvíamos los expedientes al momento. Ahora simplemente los recogemos", resume Cueto, que añade: "Es después de comer, por las tardes, cuando acabamos el trabajo".
El problema, apuntan Delgado y Cueto, vendrá en septiembre. "Subirá el número de desempleados", explica Delgado, refiriéndose sobre todo a los trabajadores del sector servicios. Las previsiones, según Cueto, es que haya nuevas incorporaciones en las oficinas después de las vacaciones aunque cree "todavía será insuficiente".
El secretario general de CCOO, Francisco Carbonero, pidió el pasado miércoles que se integren alrededor de 1.500 nuevos empleados en el SAE "para cubrir necesidades actuales".
"Llevo dos horas esperando"
Once y media de la mañana en la avenida de la Cruz Roja de Sevilla, en el distrito de Macarena. Diez personas esperan en la puerta de la oficina del SAE, en una acera estrecha. Algunos se apoyan sobre los vehículos aparcados. Tienen su número de espera en la mano y han recogido los documentos que deben rellenar para pedir la prestación de desempleo. Algunos charlan entre ellos, para pasar el rato. "Llevo dos horas esperando", explica José Manuel, de 32 años. No es la primera vez que viene a pedir la prestación de desempleo, "pero nunca había esperado tanto, como mucho 45 minutos", afirma este ex empleado de la construcción. José Manuel se quedó sin trabajo hace un mes, cuando finalizó su contrato en una empresa del sector. Espera que en septiembre vuelva a encontrar un empleo.
En el interior de la oficina, las 15 sillas de la zona de espera están ocupadas. Alrededor, otras tantas personas esperan de pie. El documento blanco con color azul del desempleo es el habitual en las manos, así como la carpeta de tonos verdes del SAE.
En la cercana calle La Macarena, en el barrio de mismo nombre, hay otra oficina del paro. Willie Vasillas, un español de origen peruano de 32 años, baja de su coche. "He traído todas las nóminas y toda la documentación. Es la primera vez que vengo", explica. En el exterior de la oficina no hay nadie esperando. En su interior, con más de 20 sillas ya ocupadas, los recién llegados esperan de pie. Vasillas ha encontrado sitio. Nervioso, como un primerizo, se levanta de su silla cada dos minutos para observar cuál es el siguiente número de espera. No quiere que se le escape, pero todavía le queda. Explica que le despidieron de la empresa de construcción donde trabajaba de oficial de albañil hace dos semanas. Llegó a España hace seis años. Ahora, con la nacionalidad adquirida, dice que el sueño español del empleo se está acabando. Ya no hay tanto como antes. Pero Vasillas no tiene en mente la idea de volver a Perú. "De momento, me quedo aquí", dice.
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