McCain impulsa la energía nuclear
El candidato republicano propone la construcción de 45 centrales en 20 años
John McCain se convirtió ayer en el primer candidato presidencial de la historia que visita una central nuclear como parte de su campaña para llegar a la Casa Blanca. Es todo un indicio sobre las prioridades del aspirante republicano en materia energética y también un síntoma de los nuevos tiempos, en los que la angustia por los precios del petróleo obliga a volver la vista hacia la tecnología atómica con una mirada más condescendiente.
En EE UU funcionan 104 plantas, y el último reactor fue abierto en 1996
McCain defendió cerca de Detroit, en la Planta Enrico Fermi, que debe su nombre al científico que desarrolló el primer reactor nuclear, la necesidad de que Estados Unidos construya 45 nuevas centrales nucleares en los próximos veinte años, con el objetivo de garantizar la independencia energética que todos en este país reclaman como condición para conservar su supremacía.
El candidato presidencial demócrata, Barack Obama, también insistió el lunes en un discurso sobre la materia en esa misma meta de la autosuficiencia energética, pero propuso como instrumento principal una gigantesca inversión pública en el desarrollo de nuevas fuentes de energía.
McCain ha despreciado el proyecto de su rival como una fantasía infantil. Cuando el mundo se enfrenta a la peor crisis energética conocida hasta la fecha, Obama propone "darle aire a los neumáticos", ha dicho el senador de Arizona.
"Yo voy a conducir a este país a la independencia energética y lo voy a hacer de una manera realista y echando mano de todas las formas de energía a nuestro alcance para resolver definitivamente este problema", manifestó ayer McCain.
"Todas las energías a nuestro alcance" no es más que un eufemismo para aludir a la energía nuclear. McCain es un convencido defensor de esa tecnología. Fue, junto con el senador Joe Lieberman, el promotor en el Congreso de una ley sobre medioambiente que incluye subsidios de 3.700 millones de dólares [2.374 millones de euros] para la industria nuclear. Cita frecuentemente el caso de Francia, que produce el 80% de su energía en centrales nucleares, como un ejemplo de que esa es una alternativa viable y ajena a cualquier otro condicionante de carácter político o ideológico.
McCain intenta promover el desarrollo inmediato de la energía nuclear con argumentos estrictamente científicos y asegura que, desde el descubrimiento de la fisión nuclear en los años treinta, se han producido los suficientes avances tecnológicos como para garantizar que se trata de una energía segura. Menciona repetidamente la larga experiencia de la Armada, cuyos submarinos y portaviones operan desde hace décadas con reactores nucleares a bordo sin que se haya sabido jamás de un accidente de importancia. El candidato republicano, que sirvió en la Marina durante su juventud, es partidario de trasladar los conocimientos acumulados durante estos años por los militares al ámbito civil.
John McCain no renuncia a la investigación de nuevas energías, pero considera que éstas no llegarán a tiempo para garantizar la sostenibilidad del crecimiento de la economía norteamericana. Además, cree que es una excelente alternativa para combatir el efecto invernadero.
Barack Obama, por su parte, tampoco es un enemigo de la energía nuclear. En varias ocasiones se ha manifestado a favor de su desarrollo en las adecuadas condiciones de seguridad. Pero no cree que ésta deba de ser la prioridad de una política energética que pretenda garantizar el futuro del país. "No es la opción óptima ni soy un impulsor de la energía nuclear", ha comentado.
En Estados Unidos funcionan actualmente 104 centrales nucleares, que satisfacen sólo el 8% del consumo de electricidad total del país. El último reactor nuclear entró en acción en Tennessee en 1996.
La energía nuclear, que fue la bestia negra del movimiento ecologista en los años setenta y ochenta, sigue provocando reacciones contrarias de parte de organizaciones defensoras del medioambiente que cuentan con fuerte implantación en Estados como California, Colorado y Florida, de gran influencia en las elecciones presidenciales de noviembre.
Aunque el activismo anti nuclear ha decrecido considerablemente en los últimos años, todavía existen dudas entre algunos científicos sobre cómo resolver de forma segura el problema de los residuos generados por las centrales atómicas.
La otra gran apuesta energética presentada por John McCain es la de hacer nuevas perforaciones en las costas de Estados Unidos a fin de aumentar la producción nacional de crudo, que actualmente representa poco más de la cuarta parte de las necesidades norteamericanas.
McCain ha respaldado la decisión del presidente George Bush de enviar al Congreso un proyecto de ley para levantar el veto a las nuevas prospecciones costeras impuesto por razones ecológicas durante la Administración de George Bush padre.
Varios congresistas demócratas apoyan esa iniciativa, pero la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se resiste a sacar la propuesta a votación.
McCain exigió ayer que el Congreso se pronuncie sobre ese proyecto y se solidarizó con los congresistas republicanos que han prometido suspender sus vacaciones parlamentarias y permanecer en Washington para forzar con gestos propagandísticos una votación.
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