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"En verano hay muchas más colas"

Los usuarios de la sanidad denuncian la falta de médicos en zonas turísticas

Si su dolencia no es muy grave, más vale que se tome un gelocatil. Al menos, si reside en la Comunidad Valenciana. La llegada del calor en verano, el aumento de la población en esta zona turística, y la insuficiente sustitución del personal sanitario provocan una congestión en los centros de salud que se traduce en eternas listas de espera.

"Hay profesionales que trabajan hasta 14 horas al día", apunta CC OO
"He reclamado y no me han contestado", se lamenta una paciente alicantina
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La espera en urgencias llegó en julio a una media de siete horas en Gandia

"Debo aguantar dos meses con la pierna mal, porque mi traumatólogo se va de vacaciones y no hay ningún otro", se lamenta Josefa Moreno, de unos 40 años. Ya ha conseguido una cita para hacerse un escáner de su rodilla, pero no le sirve de nada. Ahora, no. "Tengo ya día para la radiografía, pero, ¿a quién se la enseño?", pregunta. El médico que le ha atendido en el hospital General de Alicante durante los últimos cinco meses tiene derecho a cogerse unas vacaciones, y ella lo defiende, pero de sus derechos como paciente, nadie dice nada: "He hecho una reclamación y no han contestado". En uno de los últimos días de julio, esta mujer espera en atención al usuario del centro sanitario a que le toque su turno, "como en una carnicería", apunta.

Las plazas de los médicos, sobre todo especialistas como pediatras, o enfermeras, que se van a disfrutar de sus vacaciones, no se cubren. Los porcentajes de sustitución de personal son bajos en toda la Comunidad Valenciana, aunque se prima el servicio de urgencias. "Básicamente se sustituye a personal de urgencias, pero ni siquiera siempre a nivel ordinario", explica Ignacio Subías, portavoz de Sanidad del PSPV en las Cortes Valencianas. "No se llega ni siquiera a la plantilla que hay en invierno", apostilla. Cuando la población de municipios de importante afluencia turística como Benidorm se multiplica, los servicios sanitarios no crecen. Es más, incluso disminuyen en algunos puntos respecto al resto del año, en que atienden básicamente a los residentes.

A la entrada de urgencias del Hospital de San Juan de Alicante, un matrimonio espera en el pasillo para la consulta. Preguntados sobre la diferencia del servicio sanitario entre invierno y verano, la mujer enseguida salta: "En verano hay muchas más colas". Hace tan sólo diez minutos que han dado sus datos, el primer paso para que les vea un médico; luego, a esperar su turno. Menos suerte tienen Consuelo y su hermana. Llevan más de hora y media en la sala de espera y el ambiente, que comparten las más de treinta personas aglomeradas allí, les agobia. "Hemos venido porque creemos que tiene síntomas de una crisis de ansiedad", dice Consuelo mientras mira a su hermana, que durante toda la conversación no ha abierto los ojos. "No sabemos si será lo que creemos, pero es urgente que la vean", apunta esta vecina de Alicante.

Otros pacientes achacan la espera a otros problemas. "Los usuarios confunden una urgencia con lo que no lo es. El hospital va bien, y las personas van entrando por el grado de importancia [de sus dolencias]", explica Eugenia, que acompaña a su padre y que prefiere el hospital de San Juan al General, que tilda de "penoso".

La Comunidad Valenciana multiplica su población en estos meses, y aunque la masificación en algunos servicios sea para algunos evidente, desde el sindicato CC OO puntualizan sobre este verano. "La situación es mucho más tranquila de lo que nos pensábamos", destaca Antonia Segura, responsable de sanidad en Alicante. Pese a que el sindicato señala que la llegada de gente supone un mayor problema en las zonas costeras, Segura detalla que los primeros días de julio fueron los únicos en los que sí se notó una afluencia masiva. Tanto como para tener que habilitar otra planta en algunos hospitales, como el de San Juan. Sin embargo, CC OO hace hincapié en el problema de las sustituciones. Arturo León, secretario general de Sanidad en CC OO a nivel autonómico, detalla que la cobertura en el periodo vacacional en la Comunidad Valenciana es tan sólo de un 20% en el caso de los médicos, y de un 50% en todas las demás categorías. "A la gente se le atiende, pero con un coste personal tremendo", se lamenta León. El personal sanitario se desborda en ciudades como Cullera o Gandia. En las zonas costeras se hace más hincapié en los refuerzos, aunque el déficit persiste. "Hay profesionales que llegan incluso a las 14 horas diarias", apostilla el sindicalista.

Las llamativas cifras con las que la Consejería de Sanidad anunció el pasado mes de junio su Plan de Vacaciones y Refuerzos, no parecen cumplirse. Este verano, tampoco. Los usuarios destacan la continua situación de déficit en los servicios sanitarios. "Para hacerme una prueba de azúcar tuve que esperarme un mes", cuenta Silvia Martínez sobre su experiencia en julio del año pasado. "Se me juntó con el parto, y cuando entré al paritorio, las enfermeras me preguntaron que por qué no me la había hecho", añade. Este año, en julio, se hizo la prueba, aunque la espera ha sido casi la misma.

La cobertura es insuficiente. Y aunque siempre sea el verano la estación más delicada, durante el resto del año tampoco pasa desapercibido el déficit sanitario. "En la provincia de Alicante harían falta 2.000 camas más para alcanzar la media nacional; en la de Valencia, otras 2.000; y en la de Castellón, unas 600", calcula el portavoz de Sanidad del PSPV, Ignacio Subías. Algunos usuarios se suman a esta protesta. "En invierno hemos llegado a esperar hasta tres horas", comenta un matrimonio de ancianos mientras aguardan a que les llamen. Esta pasada semana una ambulancia que transportaba a enfermos de cáncer de Villena, Salinas y Monòvar a Valencia para que fueran tratados sufrió un aparatoso accidente de tráfico y volcó. Falleció una mujer que acompañaba a un paciente. Estos enfermos tienen que realizar este trayecto cada vez que requieren tratamiento debido a la falta de medios y de especialistas. Y no sólo durante el verano.

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