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La espera en urgencias llegó en julio a una media de siete horas en Gandia

El hospital Francesc de Borja recibió una veintena de quejas de pacientes

Un sábado del pasado mes de julio, en plena temporada turística estival, el servicio de urgencias del hospital Francesc de Borja de Gandia contabilizó más de 300 atenciones. Sólo cinco facultativos atendían el servicio. Las esperas llegaron a una media de siete horas.

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El centro hospitalario recibió una veintena de quejas y reclamaciones de los pacientes afectados. El secretario de UGT, Antonio Agustí, atribuye esta situación a la "mala planificación" de las sustituciones y de los servicios sanitarios durante el verano por parte de la Generalitat. Una circunstancia, dice, que se repite año tras año: "Los refuerzos son insuficientes, y el problema se agrava porque no se encuentran sustitutos". Muchos médicos, explica el representante sindical, están optando por Albacete y Murcia como destino, "por la mejor oferta laboral y de interinidad".

A esta situación, de falta de personal, se suman las denuncias sobre la precariedad de las dotaciones e infraestructuras del servicio de urgencias, que en el caso del hospital gandiense se encuentran obsoletas y son insuficientes para atender la demanda de pacientes, sobre todo en los meses de verano cuando la población en la comarca de La Safor llega a duplicarse. Para realizar las revisiones de rayos X los celadores tienen que desplazar a los pacientes al segundo piso, y las consultas son insuficientes. Las listas de espera para especialistas "son otro cantar", denuncian desde UGT. "No hay sustitutos, y las agendas, excepto en los casos de urgencias, se cierran hasta los meses de septiembre y octubre", asegura Agustí. Los ingresos hospitalarios también se intentan evitar, aunque el aumento de urgencias y de pacientes ha llevado a situaciones de saturación, y a habilitar tres camas en habitaciones con capacidad para dos.

La Generalitat ha prescindido, además, de los consultorios sanitarios en los municipios costeros más pequeños, como el de Miramar. Actualmente, sólo se encuentran en funcionamiento en La Safor los centros médicos de Bellreguard, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Real de Gandia, y el de Corea, en Gandia, aseguran desde UGT. Muchos veraneantes, comenta Agustí, optan por dirigirse directamente al servicio de urgencias del hospital y prescinden de los centros de atención primaria.

Varios municipios de La Safor (la Font d'En Carrós, Potries, Bellreguard, Daimús y Guardamar) han denunciado la "desasistencia sanitaria" que sufren por la falta de refuerzos y sustitutos.El Bloc advirtió recientemente que los médicos de centros de salud como el de Bellreguard tienen que atender a los usuarios de los consultorios de otros pueblos del entorno por la falta de facultativos. El médico que asiste el consultorio en Potries no ha sido sustituido en vacaciones, y el servicio, que se ha reducido a media mañana, lo cubre el personal de la Font d'En Carrós y Bellreguard. En muchos casos esta situación crea entre los facultativos "estrés" y presión, denuncian los sindicatos médicos. Los responsables políticos de estos municipios han denunciado la situación ante la Generalitat, y exigen explicaciones al Consell por la disminución del personal médico en poblaciones costeras que en verano llegan a duplicar, y en algunos casos triplicar, su población.

En Castellón, los turistas y visitantes no están saturando los servicios sanitarios más allá de lo que ya es habitual en otras épocas del año, con citas previas para médicos de familia demoradas durante varios días y servicios de urgencias que se prolongan durante varias horas. Los hospitales, tanto el General como La Plana, muestran alguna incidencia por un mayor número de atenciones, pero tampoco es destacable. En el caso de los centros de salud, en los que más repercute la afluencia de turistas son los de Peñíscola, Alcossebre y Oropesa. En cualquier caso, la identificación de algunos profesionales con la postura oficial de la Generealitat valenciana acerca de la demanda de mayor financiación autonómica, ha dado lugar a alguna anécdota curiosa. Emilio, usuario del centro de Alcalà de Xivert, dice no haber percibido largas esperas por la afluencia de turistas, pero recuerda cómo uno de los empleados del centro reprochó a un vecino de Madrid que acudiera a ese centro a por unas recetas. "Le dijo que debería haber traído las medicinas para todo el tiempo que iba a estar fuera porque eso le cuesta mucho a la Generalitat y Zapatero no aporta más dinero", explica.

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