Oreja para Sánchez Vara

Sánchez Vara, torero de pundonor, que se ha cocinado a fuego lento en los festejos celebrados en La Mancha resultó el triunfador del primer festejo celebrado ayer en Azpeitia al cortar un apéndice al quinto de la tarde.

Triunfo de pundonor, que cimentó en su acertada elección de las distancias —decía el maestro Antoñete que había que estar bien colocado incluso para pedir una caña en la barra de un bar— a un toro incierto cuya máxima virtud era la movilidad, y la hondura de su embestida por el pitón derecho.

En su primer turno, destacaron unas mecidas verónicas de recibo y la faena de muleta basada en un toreo lejano y de expulsión por el pitón derecho con adornos finales.

El riojano, Diego Urdiales, que debutaba en la plaza guipuzcoana después de sus triunfos en Madrid, no terminó de acoplarse con ninguno de sus dos oponentes. Actuación desangelada, tanto ante su exigente primero que le terminó por desbordar, como ante el castaño lidiado en cuarto lugar, animal noble y de franca embestida ante el que el riojano nunca encontró su sitió.

La corrida de Palha acumuló movilidad, nobleza y gran comportamiento

El salmantino Valverde, penó, en su primer turno, la mala lidia de su cuadrilla, ante un oponente con calidad aunque incierto en la embestida y que terminó aburriéndose. No conectó con los tendidos. Ante su segundo demostró, con su inseguridad, que no se encuentra repuesto de la cogida de Estepona. No encontró su sitio y escuchó pitos.

La corrida de Palha, sin llegar al nivel del pasado año, acumuló en su haber movilidad, nobleza y gran comportamiento. Se impuso claramente a la terna. Tarde de pésima lidia por parte de las cuadrillas que, con toda certeza, perjudicó a la ganadería Portuguesa.