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Análisis:ESTA SEMANA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Perplejidad

Se observa cierta perplejidad en los socialistas andaluces ante la negociación del nuevo sistema de financiación de las autonomías. Por primera vez, se lamentan en el seno del PSOE, no ha existido una pauta común de comportamiento, de ahí que no sea difícil comprobar cómo los socialistas asturianos propician alianzas con otras comunidades gobernadas por el PP o, en el peor de los casos, cómo el PSC presiona, rayando la obscenidad, al mismo Zapatero. Nadie pone orden ni concierto. Ésa es la pura realidad y, ahora que ésta misma semana se inician los contactos bilaterales Ejecutivo central-Generalitat de Cataluña, conviene que, de una vez por todas, se dejen a un lado los cascos azules, los mensajes en busca de la concordia y el acuerdo y pasar a las trincheras para defender, al menos con más contundencia, nuestras posiciones en esta materia tan decisiva.

Porque, hasta ahora, lo que hemos tenido es un exceso de racionalidad, prudencia y sentido de Estado por parte de nuestros gobernantes. Escuchando a Chaves y al mismo Griñán parecía que hablaban como jefe del Gobierno central, en un caso, o como todo un Ministro de Economía y Hacienda en el otro. Y ambos, evidentemente, no lo son. Se comprende que asumieran el papel de tirar del carro en esta discusión, toda vez que buena parte de la propuesta de la Moncloa asumía las tesis andaluzas. Pero visto el rechazo suscitado y la escasa energía e inteligencia con la que se han empleado en Madrid para combatirlo, resulta ridículo que sea aquí donde recaiga toda la carga, por muy presidente federal del partido que sea Chaves y por muy respetable y reconocida que sea la figura de Griñán en el país.

Tal vez, el desconcierto venga, además, motivado, no ya por la especial agresividad que muestran los catalanes amenazando, incluso, con no apoyar los próximos Presupuestos, sino, también, por la capacidad que han tenido para lograr el apoyo de todos los partidos políticos, incluido el PP, además de empresarios, sindicatos y resto de agentes sociales. No importa que los populares mantengan el Estatut en cuarentena al recurrirlo al Tribunal Constitucional. No hay mácula alguna de duda, a pesar de la contradicción flagrante que supone cerrar acuerdos con comunidades gobernadas por el PP como ocurre con la de Valencia y que se utilizan, además, como ariete contra otras comunidades que poco menos que viven de la solidaridad de los demás en referencia, absolutamente inapropiada e injusta, a Andalucía, entre otras. Son suficientes razones para que aquí se cerraran filas aunque sólo fuera fijándose como límite lo que marca nuestro Estatuto en dicho capítulo. Bueno, ni por esas. Es más, en el PP andaluz, lejos de suponerle un desgaste este asunto, no tienen remilgo alguno en convertirlo en un elemento más de su táctica de acoso y derribo. Visto lo visto, parece más que insuficiente la perplejidad para luchar contra tanto despropósito.

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