En el refugio anidaba la serpiente
Ezcaray, residencia vacacional de políticos, jueces y periodistas amenazados, era una de las principales bases del 'comando Vizcaya', desarticulado esta semana
El supuesto jefe del comando Vizcaya, Arkaitz Goikoetxea Basabe, paseaba con naturalidad por las calles de Ezcaray sus 1,87 centímetros de altura y su particular cicatriz en el labio superior. Pero apretaba bien la mano para esconder sus dos dedos mutilados, producto de sus correrías en la kale borroka. Un cóctel molotov le reventó las falanges de los dedos anular y corazón de la mano izquierda en 2000.
Políticos como Rabanera, Atutxa o María San Gil son asiduos en verano
A Goikoetxea, a veces, le acompañaba su novia, Maialen Zuazo, quien por el día trabajaba como ayudante de realización en los servicios informativos de ETB. Y, en sus días libres, seguía la estela terrorista del jefe del complejo Vizcaya, la red que ha mantenido la campaña de ETA desde agosto de 2007.
En Getxo (Vizcaya) o en Ezcaray (La Rioja). En el zulo de Algorta o en los de Valgañón y Pazuengos, dos pueblecitos de postal situados a pocos kilómetros de la, en verano, bulliciosa localidad riojana de Ezcaray.
"Aquí sí que se respira tranquilidad, aires de libertad". Así se expresaba hace tiempo un destacado dirigente del PP asiduo de Ezcaray. Y nada más lejos de la realidad, visto lo visto esta semana tras la desarticulación del Vizcaya por la Guardia Civil.
El lugar de reposo de muchos vascos con segunda residencia en ese pueblo riojano y de políticos de relumbrón como la popular María San Gil, el ex consejero vasco de Interior Juan María Atutxa o el ex diputado general de Álava Ramón Rabanera, y también de jueces como Fernando Grande-Marlaska, azote de etarras, o de empresarios y periodistas vascos, era en realidad la conexión riojana del complejo Vizcaya de ETA.
Respetables urbanizaciones como El Cardizal, con piscinas, pistas de tenis, frontón, jardines o columpios, estaban minadas con alguna lonja donde fuera posible esconder el último coche usado por los activistas para huir de los múltiples atentados que Interior atribuye al grupo. O con un apartamento donde preparar, entre baño y baño, nuevas ekintzas (atentados). Era el caso del piso que tenía en esa misma urbanización el padre de la joven novia del jefe del comando, Arkaitz Goikoetxea. O de otra vivienda con garaje que los terroristas habían alquilado en Ezcaray y que fue registrada minuciosamente el pasado jueves durante horas por agentes del instituto armado, que siguen obsesionados por descubrir el taller donde los terroristas preparaban los coches bomba.
Prácticamente todos los días, con la fresca, Luis de Falzes, jubilado de 77 años, pasea con su amigo Juan Menéndez por los alrededores de Ezcaray. Se conocen los recorridos al dedillo: las aldeas de Turza, Zaldierna... El pasado jueves, el día que Baltasar Garzón llegó en helicóptero a Santo Domingo de la Calzada para que el jefe del grupo situara exactamente el zulo de Pazuengos -donde escondía 125 kilos de material para fabricar el potente explosivo amonitol-, De Falzes hacía bromas con una camarógrafa junto a la iglesia románica de Valgañón. "Sácame bien, que hoy voy sin maquillar", decía coqueto y entre risas. "No me puedo creer que hayan dejado ese material aquí", aseguraba, señalando la parte posterior de la iglesia. Unos grilletes, una caja de tranquilizantes y un subfusil MAT esperaban bajo tierra. En el escondite de Pazuengos, ampollas de sedantes y jeringuillas dispuestos para adormecer al edil socialista de Eibar Benjamín Atutxa Iza, tras ser secuestrado. Ese era el plan. Llevar escolta le salvó la vida.
En eso y en otras cosas empleaban el tiempo los terroristas en sus ocasionales visitas a Ezcaray. El río Oja baja este año con abundante caudal. Arrastra agua cristalina y helada que desciende de las cumbres de la cercana estación de esquí de Valdezcaray. En invierno, otro de los alicientes para los ilustres visitantes del municipio riojano, reconvertido en el último año en una peligrosa ratonera sin que nadie pudiera sospechar nada.
No es nuevo en La Rioja. Los responsables de la emboscada del puerto de Herrera contra la Ertzaintza, en septiembre de 2003, en la que resultó muerto el terrorista Arkaitz Otazua, prepararon el atentado la noche anterior en el piso que los padres de Otazua tenían en Entrena, cerca de Logroño. Otra segunda residencia en territorio riojano al servicio de los planes asesinos de los terroristas.
El edil Atutxa fue profesor de Blanco
El edil socialista Benjamín Atutxa, que estaba en el punto de mira del comando Vizcaya, fue profesor de matemáticas en el instituto de Eibar de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP que le precedió en los planes asesinos de la banda en 1997. De estudiante en la Escuela de Ingenieros de Bilbao, Atutxa se movió en ambientes cercanos a ETA (VI Asamblea) y fue edil en Bedia (Vizcaya), pero se alejó de la política hasta 2000, tras el asesinato de José María Korta, líder de la patronal de Guipúzcoa.
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