Gobierno y PP fijan la economía como campo de batalla
Rajoy pide congelar el gasto y Zapatero replica que afectaría a medidas sociales
El combate entre Gobierno y oposición quedó ayer prácticamente reducido a un asunto, el de la economía y las recetas para enfrentarse a la crisis, que es el que habitualmente divide a la derecha y la izquierda en casi todas las democracias. Zapatero y Rajoy presentaron dos modelos para afrontar la crisis. Aunque Rajoy, obligado a tratar de satisfacer al sector duro de su partido y de su electorado, se empeñó varias veces en señalar que había habido acuerdos y desacuerdos, de su explicación se deducía que los primeros habían sido más que los segundos.
Estos últimos están concentrados en la política fiscal y económica. Rajoy llevó a La Moncloa un paquete de medidas que se resumen en dos: congelar el gasto público y bajar los impuestos, en especial el de sociedades para las pequeñas empresas.
El PP propone limitar el crecimiento del gasto público al 2%. La propuesta del Gobierno, aprobada únicamente con los votos del PSOE y la abstención de los nacionalistas, sitúa el crecimiento del gasto público en el 5%, por debajo de años anteriores. Con una inflación que roza el 5%, lo que planea el PP es un recorte, en un momento de crisis en el que algunos gastos, como el del desempleo, van a crecer mucho.
Rajoy apeló al plan de ajuste que el PP hizo en 1996 -1,7% de crecimiento del gasto- y que supuso, dijo, la creación de cinco millones de puestos de trabajo. Rajoy obvió, y su propuesta económica no lo contempla, que ese plan incluyó la congelación de los salarios de todos los funcionarios.
Zapatero se opone a esas medidas porque en 1996 el déficit era del 4,7% y ahora es de "apenas unas décimas". También apuntó la contradicción que supone la propuesta de Rajoy de recorte del gasto público cuando el líder de la oposición acaba de pactar una modernización de la justicia que supondrá un aumento del gasto.
Zapatero tampoco contempla estudiar la petición del PP de rebajar al 20% el impuesto de sociedades a las pequeñas y medianas empresas. Ese impuesto, recordó Zapatero, fue recientemente reducido del 30% al 25%. Tampoco otra propuesta del PP tiene acogida en el PSOE, la de aumentar la deducción en el IRPF por compra de vivienda (al 25% frente al 15% actual).
Para Zapatero, el único tema "que puede ser objeto de discusión" es la reducción del gasto. Ya ha anunciado un plan de ajuste, como pide el PP, pero no admite esa congelación al 2% porque, según Zapatero, costaría 2.000 millones de euros y afectaría a los salarios y a las alzas de pensiones mínimas e implicaría reducir los gastos sociales en época de crisis, cuando más se necesitan para paliar las situaciones complicadas de las familias más débiles económicamente.
Rajoy no explicó de dónde habría que recortar para llegar a ese crecimiento mínimo del 2%, muy por debajo de la inflación. Se limitó a señalar que "corresponde al Gobierno saber dónde aumentar el gasto público o no". Pero rechazó la interpretación de que su propuesta afectaría a los más débiles. "No quiero recortes sociales. En educación y sanidad no debe haber control del gasto". Rajoy insistió en que Zapatero sigue negando la crisis. Y Zapatero aseguró que Rajoy no le había ofrecido ninguna "idea novedosa" para resolverla.
Las recetas de Rajoy
- Limitar el crecimiento del gasto público al 2% en los Presupuestos para 2009. Plan de austeridad en las Administraciones públicas.
- Incrementar la deducción por vivienda habitual del 15% al 25%.
- Reducir al 20% el tipo impositivo del impuesto de sociedades para pymes.
- Promover la competencia real en los sectores estratégicos, especialmente el de hidrocarburos.
- Limitar los incrementos de precios y tasas reguladas.
- Crear una oficina de seguimiento de precios para combatir la inflación.
- Potenciar la contratación indefinida.
Las recetas de Zapatero
- Promueve la austeridad en el gasto público, que calcula en el 5%.
- Rechaza los recortes sociales y se compromete a mantener el aumento de las pensiones mínimas y del salario mínimo.
- Mantiene el presupuesto destinado a la Ley de Dependencia.
- Rechaza introducir liquidez en el mercado y confía en la fortaleza de la economía española para afrontar la crisis.
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