ETA golpea de nuevo contra el turismo
La banda terrorista reaparece en Cantabria con cuatro bombas que provocan dos heridos leves - Rubalcaba: "Ingresar en ETA es la vía para ir a la cárcel"
Con cuatro bombas en Cantabria -dos en Noja y dos en Laredo, separados por 23 kilómetros- la banda terrorista ETA inició ayer su macabra actuación estival. En otras ocasiones, lo que los terroristas llaman campaña de verano ha comenzado, o lo ha intentado, en el mes de junio. El pasado año, en dicho mes la Guardia Civil halló en Ayamonte un coche de ETA con 130 kilos de material explosivo cuyo destino era el sur de Portugal, desde donde preveía lanzar una gira de terror. ETA ataca en verano destinos turísticos desde 1979.
Las bombas de ayer fueron de poca potencia y causaron dos heridos leves y escasos daños materiales. El mal tiempo en el Cantábrico, con nubes y lluvia ligera, colaboró a que las playas estuvieran casi vacías y el impacto social fuera bajo. Con la playa de Laredo y la de Ris en Noja cerradas por un cordón policial, los veraneantes optaron por pasear dando la espalda, entre insultos e indignación, a los atentados.
A las 10.30, los bomberos de Trápaga (Vizcaya) recibieron una llamada de una mujer, con la voz distorsionada por un programa de ordenador, en la que se avisaba de que entre las diez y media de la mañana y las tres de la tarde estallarían cuatro bombas. El guión se cumplió. La zona de los atentados fue desalojada a tiempo por la Guardia Civil.
La primera bomba explotó a las 12.12 en la playa de Laredo, junto a la barandilla que separa el arenal del Paseo Marítimo. Media hora más tarde explotó junto al mástil de la bandera de los socorristas de la playa de Ris (Noja) el segundo artefacto. El tercer explosivo estalló junto al puesto de los socorristas de Laredo a las 14.07. El último, 14 minutos antes de las tres junto al campo de golf de Noja.
También hubo ayer actos de violencia callejera, al ser atacada una sucursal de Barclays en Getxo (Vizcaya).
El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras condenar el atentado, hizo una advertencia: "La mejor forma de asegurarse una larga estancia en la cárcel es ingresar en ETA". El presidente del PP, Mariano Rajoy, se sumó a la condena por el atentado y dio su apoyo al Gobierno para derrotar a la banda terrorista. La condena de las fuerzas democráticas fue unánime.
Tanto el Gobierno vasco como el cántabro condenaron el atentado, pero con visiones opuestas. Desde Vitoria se negó a ETA la capacidad para decidir un futuro que "corresponde en exclusiva" a los vascos. El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, dijo que esperaba que el atentado sirviera de "toque de atención" al PNV: "Los demócratas no pueden tener una prioridad mayor que acabar con el terrorismo".
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