Wall Street acoge con frialdad el apoyo a las hipotecarias
La banca regional de EE UU empieza a sufrir el desplome bursátil
Wall Street se lo pensó dos veces antes de aplaudir el plan para garantizar a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac el dinero que necesitan para sobrevivir a la depresión del sector inmobiliario. La maniobra sin precedentes de la Reserva Federal (Fed) y del Departamento del Tesoro no convenció al parqué, que ven a bancos regionales como Washington Mutual y National City como las próximas víctimas de la crisis.
Los títulos de las dos hipotecarias semipúblicas (son de propiedad privada, pero sus funciones están definidas por una ley federal) no fueron capaces de mantener el tipo, en una jornada muy volátil en Nueva York. La semana pasada las entidades perdieron casi la mitad de su valor. Ayer, el anuncio de respaldo estatal propulsó su cotización en la apertura del mercado pero, al cierre de la sesión, Freddie Mac perdió un 8,26%, mientras Fannie Mae cayó un 5,07%.
El objetivo de la Fed y el Tesoro era calmar el mercado. Pero muchas de las principales gestoras de inversiones no se lo tragan. BlackRock cree que se trata de otra venda más al sector financiero. Merrill Lych sostiene que el apoyo público es un arma de doble filo. Y Goldman Sachs anticipó que las acciones de Freddie y Fannie seguirán cayendo.
Otros gigantes de Wall Street, como Vanguard, opinan que no había otra opción mejor. La apertura de la ventanilla de descuento por parte de la Fed y la ampliación de la línea de crédito por parte del Tesoro eran, de hecho, las menos costosas de las alternativas disponibles para garantizar liquidez a las dos hipotecarias. Y está en consonancia con lo dicho por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, que descartó la toma de control de las dos entidades.
Pero para que el Tesoro actúe necesita antes la autorización del Congreso de Estados Unidos. Una decisión que podría llegar como pronto el viernes, aunque la iniciativa no está exenta de dificultades, porque el legislativo suele ser reticente a dar cheques en blanco a la Administración: la autorización también posibilitaría la compra de acciones de dos las compañías si fuera necesario.
La intención de la Casa Blanca es incorporar este plan en el paquete de medidas que se discute en el Capitolio para salir al rescate de las familias que están en riesgo de perder sus hogares por el colapso de las hipotecas basura. Por su parte, fuentes de la Reserva Federal indicaron ayer que no creen que las dos entidades tengan que recurrir a la ventanilla de créditos de emergencia porque, insisten, no tienen problemas de liquidez. Y precisaron que el propósito es dar confianza y estabilidad al sistema financiero. Fannie y Freddie proveen liquidez al mercado inmobiliario, al adquirir las hipotecas que conceden los bancos.
Los problemas de las dos entidades semipúblicas están más ligados al desplome del sector inmobiliario que al efecto directo de las hipotecas basura. El acusado descenso en los precios de las viviendas (la garantía con la que se quedan los bancos si no se pagan las hipotecas), así como el deterioro del consumo se suman a las dificultades para captar dinero y golpean a la banca. Los títulos de las entidades financieras que cotizan en Wall Street marcaron un mínimo en diez años.
El mal momento de Freddie y Fannie o la quiebra de IndyMac pesaron en el ánimo de los inversores, que castigaron a la banca regional estadounidense tras anunciarse fuertes recortes de beneficios. Washington Mutual (Seattle), la mayor entidad en depósitos y créditos, registró la mayor caída en un día de su historia (un 30%). National City Corp (Ohio) alcanzó su valor mínimo en 24 años tras bajar un 25%. Y Zions (Utah) cedió casi un 20%.
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