Un poema visual
La coreógrafa Sasha Waltz convierte Dido & Aeneas, la ópera estática de Henry Purcell, en puro ballet. En sus inteligentes manos, la emotiva partitura se derrite en caudales de danza que prima sobre la concepción teatral de la ópera. El secreto de Waltz es que dobla los personajes: cada uno es bailarín y cantante. Pero lo mejor es que el coro también, con lo que se crea un cuerpo de baile total que la coreógrafa convierte en un embriagador poema visual. Fue Waltz quien no sólo eligió a los 12 bailarines, sino también a los 16 cantantes, del coro Vocalconsort de Berlín.
La genialidad de Waltz reside en su sencillo pero expresivo vocabulario coreográfico, con el que logra mágicos efectos corales. En esas frases coreográficas late el movimiento del mar tan amado por Dido y los gestos guerreros de Aeneas. Emotiva hasta el dolor de corazón la despedida que ilustra el aria El lamento de Dido: hombres y mujeres se mecen como una ola mientras los brazos de Dido y Aeneas se quiebran en la desolación. Un poema visual.
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