Irizar se adentra en el mercado de los autobuses urbanos en Marruecos
La cooperativa invierte 25 millones de euros en su nueva planta en Skhirat
Lejos ya de su polémica salida de Modragón (MCC), la cooperativa Irizar inauguró ayer en Skhirat (Marruecos) una nueva planta para la producción de autobuses. La principal novedad es que en las instalaciones se fabricarán también autobuses urbanos. Irizar nunca había entrado en este mercado. Ya tiene la primera unidad lista.
La nueva factoría multiplica por ocho la capacidad en Marruecos
Los responsables de la cooperativa de Ormaiztegi consideran que en Marruecos existe demanda clara porque su parque actual es muy antiguo. La operación se quiere impulsar también en China el próximo año. El prototipo listo para fabricar en Marruecos es un modelo de la firma gallega Castrosua que Irizar puede producir bajo licencia para cualquier mercado no europeo. Esta prevención es por diez años.
"Hasta ahora no teníamos prevista una estrategia para autobuses urbanos en el grupo, pero la vamos a estudiar", aseguró ayer José Manuel Orcasitas, presidente de Irizar Marruecos. El proceso de fabricación es similar al de los autobuses de lujo de la firma y la producción se adaptará a la demanda. Orcasitas señaló que la cooperativa se ha presentado a varios concursos municipales para abastecerles con una flota moderna. En septiembre se construirá una nueva unidad en Skhirat junto a técnicos de Castrosua con el fin de que los trabajadores aprendan bien los sistemas de trabajo.
La empresa de Ormaiztegi ha optado por un modelo de Castrosua ya probado porque quiere fiabilidad. Una vez que se inicie la producción, se irá adaptando hasta que se vayan desarrollan modelos 100% propios. En principio, Irizar no contempla producir urbanos en el mercado español. "Hay muy buenos productores", apunta Peio Arzelay, coordinador de Irizar Ormaiztegi y antiguo presidente de la filial marroquí.
La producción se realizará en la nueva planta de Skhirat, a cuya inauguración ha sido invitado EL PAÍS, a 20 kilómetros de la capital, Rabat. La factoría multiplica por ocho la capacidad de producción que hasta ahora Irizar tenía en Marruecos, en su planta de Salé. La vieja instalación se mantiene y se va a dedicar a dar servicio a los clientes. La nueva fábrica, que lleva algo menos de un mes en pleno proceso de producción, se inauguró ayer con la presencia del ministro de Industria marroquí. Hasta ahora la capacidad de producción era de 140 autobuses al año. La idea es cerrar el año con 240 e ir aumentando progresivamente hasta los 1.000, la capacidad máxima de las instalaciones. "Se hará en función de la demanda", indicó Orcasitas.
La planta cuenta con 200 personas trabajando y la idea es ir aumentando la plantilla cada vez que aumente la producción. La actual plantilla es capaz de hacer un autobús al día. Si el ritmo de producción se quiere subir en medio autocar más, supondría un incremento de 70 personas. La planta está diseñada de forma que se pueda ejecutar una ampliación de la capacidad en 500 unidades más si la demanda lo permite.
El sistema de producción que se quiere establecer es flexible. Los trabajadores deben estar preparados para el montaje de carrocerías de los autobuses interurbanos, sector en el que Irizar ha trabajado tradicionalmente, y en el de los urbanos. De esta forma, la producción se podrá adaptar sin problemas a los picos de demanda. Irizar solamente trabaja en Marruecos el sector de autocares de lujo, donde asegura contar con el 100% del mercado, y dice no tener intención de entrar en otro tipo de aventuras. "La prueba de nuestro prestigio es que arrancan nuestro logo para ponerlo a autobuses de la competencia", señala Orcasitas.
La confianza de Irizar en Marruecos es total. Lejos de pensar en crisis, considera que el país magrebí tiene un potencial de mercado creciente.
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