La Generalitat lava la cara a Eplicsa, su 'holding' industrial
La nueva Avançsa participará en empresas con futuro
La Generalitat ha lavado la cara a Empresa de Promoción y Localización Industrial de Cataluña SA (Eplicsa), su holding de participaciones industriales. Se fundó en 1985 y desde entonces ha actuado como una UVI (unidad de cuidados intensivos). Se hacía cargo de empresas que estaban en crisis pero que eran estratégicas desde un punto de vista sectorial o para un territorio (despoblado de industria). Intentaba reflotarlas y luego las privatizaba con resultados más o menos dudosos. Los casos más sonados son los de la vieja Taurus, en Oliana, vendida a los empresarios Termens y Tornini, la desinversión en Adobinve (la antigua Morapiel) o las extintas Fibracolor, Mecánicas Marés e Incorbesa. Todo eso de acabó.
El Departamento de Innovación, Universidades y Empresa culminó ayer un propósito que se inició con el primer tripartito para reorientar su grupo industrial, que hoy sólo participa, y con éxito, en Comforsa. El secretario de Industria, Antoni Soy, presentó ayer, acompañado de Mar Isla, directora general de Eplicsa, la nueva empresa. Se llama Avançsa y "dejará de ser el instrumento del Gobierno de participación accionarial en proyectos de reconversión, para convertirse en una herramienta de política industrial activa", aseguró Soy.
Avançsa buscará participaciones minoritarias, de hasta el 25% del capital social, y durante un periodo de entre tres y cinco años. Más o menos como una empresa de capital riesgo, Catalana de Iniciativas, por ejemplo, que tiene capital público. Pese al empeño del secretario en negarlo, Soy no tuvo reparos en reconocer que no quieren "estar para siempre en una compañía, sino establecer un pacto de recompra al cabo del tiempo para que pueda volar sola".
Mar Isla explicó que en estos momentos tiene una veintena de proyectos encima de la mesa y confía en poder cerrar tres operaciones antes de final de año, el mismo número de operaciones que Avançsa prevé llevar a cabo cada ejercicio. Para ello dispone, de entrada, de un presupuesto, entre capital y remanentes de años anteriores fruto de su inactividad, de unos siete millones de euros. El Gobierno catalán se guarda en la manga la posibilidad de aprobar una ampliación de capital extraordinaria si una operación lo requiere.
Para su funcionamiento, Eplicsa-Avançsa tiene un presupuesto de 1,11 millones de euros. Trabajan en ella tres personas.
Las cosas y los nombres
El nombre no hace la cosa, se dice. Salvo en la Generalitat. Desde la ola de deslocalizaciones que empezaron a azotar Cataluña en 2004, el Gobierno catalán ya no busca inversiones, las busca la Agencia Catalana de Inversiones (ACI), dependiente del Departamento de Innovación. La misma consejería que ha puesto en marcha ACC1Ó, un "nuevo instrumento de apoyo a la empresa", que en realidad no deja de ser una suerte de coordinación entre dos organismos que persisten: Cidem y Copca. Ahora Eplicsa ya no es Eplicsa, se llama Avançsa.
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