DFeria premia la calidad teatral de la compañía Tanttaka

La compañía de teatro donostiarra Tanttaka ha conseguido en sus 25 años de existencia "crear un estilo, una marca de calidad, elaborando un trabajo con mensajes y contenidos, con densidad de emociones, que busca más la poesía que la pura prosa". Bajo estos argumentos, dFeria, la cita con las artes escénicas que arranca hoy en San Sebastián, le entregará este jueves el premio Victoria Eugenia.

La Plataforma vasca para la danza muestra estos días cinco piezas

El grupo atesora "una espectacular trayectoria", en la que ha tratado casi todos los géneros teatrales, desde la comedia musical hasta el drama naturalista, resaltó ayer el director de dFeria, Norka Chiapuso. En este cuarto de siglo, Tanttaka ha llevado a los escenarios 34 espectáculos en distintas versiones: 24 en euskera, 22 en castellano y cuatro en catalán.

Entre sus montajes destacan Agur Eire agur, Novecento, el pianista del océano, Paradero desconocido y, cómo no, El florido pensil, que suma más de 2.000 funciones. La compañía ha visto recompensada su trayectoria con más de 25 galardones, a los que ahora se suma el premio de dFeria, una escultura en bronce diseñada por el actor Iñaki Miramón que recogerá pasado mañana en el teatro Victoria Eugenia.

"Es un premio al trabajo de mucha gente y de muchos días" en un grupo que "ha intentado tener una identidad dentro del mundo de las artes escénicas", comentó el director Fernando Bernues. Él lleva las riendas de Tanttaka junto a la también directora Mireia Gabilondo y el actor Kike Díaz de Rada. Los tres agradecieron el galardón, pero el primero quiso además lanzar una advertencia respecto al futuro del teatro. "Las cosas no pintan bien. El relevo generacional no va llegando", sostuvo. Y apuntó como causas "la excesiva burocratización y presión de la rentabilidad" para sacar adelante los espectáculos.

El público podrá disfrutar el viernes de las dos últimas obras de Tanttaka. El Teatro Principal acogerá Comida para peces, un drama sobre el acoso laboral que estrenó el pasado abril. Y Tabakalera servirá de escenario para presentar Hnuy illa, una coproducción con Kukai que aborda las relaciones humanas a través de la danza y la poesía.

Pero "uno de los platos fuertes" de dFeria, que se desarrollará entre hoy y el sábado, llega esta misma tarde, según resaltó Chiapuso. La joven compañía nipona de danza Batik desembarca con Shoku (tacto en japonés), un montaje protagonizado por seis bailarinas que ataca la imagen excesivamente plana de la mujer en la cultura japonesa.

La coreógrafa y bailarina Ikuyo Kuroda ha creado este espectáculo movida por una pregunta que se repite desde niña: "¿Por qué existimos dentro de nuestra piel y por qué no introducir a otros dentro de nosotros mismos?". Ella está convencida de que quizá otras cosas no, pero "las energías sí pueden traspasar nuestra piel y la de otros", expuso ayer.

Y así ha ideado una pieza que expresa "la lucha de la mujer", en este caso japonesa, "por salir de un cuadro establecido por su cultura", insistió Isabel González, representante de la compañía en España. Lo hace con una puesta en escena donde se entremezclan el ballet y el butô, una danza japonesa crítica surgida en los años sesenta.

El baile tiene una importante presencia en dFeria, donde una edición más se presentará la Plataforma para la danza o, lo que es lo mismo, los trabajos realizados al amparo de las ayudas a la producción concedidas por el Gobierno vasco el año anterior. En esta ocasión podrán verse Muda, de Blanca Arrieta; Animaliak, de La dinamika; el citado Hnuy illa y Malditas y Lilas, de Organik. Este último, junto a Bideak, de Aukeran, viajará en septiembre al Festival de Biarritz.