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Reportaje:

Lenny Kravitz y R.E.M. brillan en el lodazal

El Bilbao BBK Live remontó el vuelo con sus dos conciertos estelares

El tercer Bilbao BBK Live sigue cumpliendo las previsiones en cuanto a asistencia de público, pues el sábado 28.121 espectadores desafiaron a la lluvia y subieron a Kobetamendi. Pero la gran noticia del día no fue la afluencia de asistentes sino la calidad de la música. Tras el flojo arranque del viernes, en la segunda jornada todos los grupos brillaron y Lenny Kravitz fue capaz de disputar el protagonismo a R.E.M., cabeza de cartel.

El rockero neoyorquino ofreció una actuación sobresaliente al frente de una banda espectacular completada por una sección de metal. Salió a escena abrigado como si fuera diciembre, con más complementos que una Barbie Rockera y, sabedor de que es más un artista de singles que de álbumes completos, entró al cuerpo a cuerpo con el público y le brindó varios de sus clásicos particulares.

Más de 28.000 personas desafiaron a la lluvia en Kobetamendi

El segundo tema ya fue Always on the run, y no faltaron la sensual It ain't over till it's over, American woman, Fly away y Are you gonna go my way. Kravitz, un reputado saqueador de estilos, provocó bailes, arrumacos y emociones sirviéndose de funk, rock and roll, riffs del hard rock y ritmos trasladables a la discoteca. Cantó en falsete, tocó el piano de cola, bajó del escenario para estrechar las manos y enardecer a sus seguidores, y terminó hora y media de actuación clamando paz y llamando a la "revolución del amor". Fue la esperada rúbrica mesiánica a un recital soberbio, intenso y de excelente sonido que puso el listón muy alto a R.E.M.

Tras 50 minutos de incómoda espera, casi a medianoche, bajo el aguacero y en una campa convertida en un auténtico lodazal, el grupo de Michael Stipe y Peter Buck salió dispuesto a agradar. Hasta 23 canciones tocó en una velada que tardó en enganchar a quienes sólo conocen las que le dieron grandeza en las radiofórmulas, pues más de una tercera parte del setlist se reservó a Accelerate, el disco que le ha hecho reconciliarse con público, crítica y consigo mismo.

Pero sus fans tuvieron satisfacciones desde el arranque, con el cantante empuñando megáfono en Orange crush. El concierto transcurrió en clave de enfático pop rock, las pantallas hicieron seguimiento del mismo con tratamiento artístico de las imágenes y piezas como What's the frecuency, Kenneth?, Get up, la solemne Drive, The one I love, Leaving New York y la reciente Hollow man también dejaron constancia de la grandeza de su repertorio. Stipe sopló armónica en Bad day, recordó que ya había cantado antes en Bilbao y se puso al cuello una camiseta del Athletic, pero hay que decir que muchos sólo disfrutaron plenamente en la tanda de bises, compuesta por Supernatural superserious, Losing my religion, Imitation of life y Man on the moon.

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