La Naval bota la mayor draga, que construirá islas artificiales

El astillero de La Naval, en Sestao (Vizcaya), botó ayer la que está considerada como la draga más grande del mundo, la Cristóbal Colón. La nave ha sido encargada por una sociedad del consorcio belga Jan de Nul, uno de los principales clientes del astillero vizcaíno. Este es el segundo gran encargo que entrega La Naval tras su privatización. Una vez botado en la Ría, el barco seguirá su proceso de construcción.

La draga, una embarcación utilizada para eliminar material sedimentado en canales navegables y puertos, tiene 78.000 toneladas de desplazamiento, 223 metros de eslora y 41 de manga. Contará con 46 tripulantes y tiene una capacidad de 46.000 metros cúbicos en sus cántaras. La fuerza de sus bombas le permitirá succionar los fondos a más de 142 metros de profundidad.

Su primer empleo consistirá en trabajar en la serie de islas artificiales en forma de palmera que se está construyendo en la costa de Dubai, dentro de un gran proyecto residencial. La previsión de La Naval es entregar definitivamente la draga a sus armadores en torno a la próxima primavera.

De momento, se mantendrá amarrada a los muelles para rematar la construcción. La botadura, que se realizó hacia las cinco y veinte de la tarde, fue seguida por un gran número de curiosos que se agolparon en los lugares próximos a las gradas de trabajo del astillero. Dos remolcadores guiaron el descenso de la nave, que se produjo sin ningún tipo de contratiempo.