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Prisión por las muertes de las niñas de Posadas

La Audiencia amplía la pena para el condenado

Bartolomé García, vecino de la localidad cordobesa de Posadas, ha sido condenado a dos años de prisión por la muerte imprudente de dos niñas de cinco y nueve años en 2006.

Las menores, vecinas del condenado, murieron por la inhalación de un potente insecticida industrial que se usó sin los permisos necesarios ni las medidas de seguridad adecuadas.

La sentencia de la Audiencia de Córdoba, que se conoció ayer, revoca el fallo del mes de abril del Juzgado Penal número dos de la misma ciudad, que también condenaba a García a pagar una indemnización de 300.000 euros para que la familia dejara de vivir al lado del acusado y a abonar una multa de 3.600 euros. La Audiencia condena a García como autor de dos delitos de homicidio por imprudencia y dos delitos de lesiones imprudentes. La Fiscalía pidió una pena de cuatro años de cárcel.

Los hechos ocurrieron en noviembre de 2006. Bartolomé García y la familia Arias vivían en viviendas colindantes en la localidad de Posadas. El condenado usó en su casa un insecticida contra cucarachas, compuesto por fosfuro de aluminio. Selló todas las posibles salidas de los vapores del producto, menos el fregadero de su casa porque, según dijo en el juicio, estaba atascado. Sin embargo, el producto entró en contacto con el agua, el gas se filtró a la vivienda de la familia Arias y provocó la muerte de las dos niñas y la intoxicación de los padres.

La Audiencia de Córdoba amplía la condena contra García porque éste conocía la toxicidad del compuesto porque "es propietario de una empresa dedicada a la venta de estos productos y en concreto ya había utilizado estas pastillas en otras ocasiones". Además, la sentencia resalta que Bartolomé García abandonó la vivienda durante 48 horas por medida de seguridad y avisó a su esposa para que no entrara en la vivienda. Sin embargo, no avisó a sus vecinos.

"Estoy muy contento por la sentencia. Esperamos recuperar la tranquilidad", dijo ayer José Arias, padre de las dos niñas fallecidas, que recurrió la sentencia inicial del pasado mes de mayo. Añadió que sólo esperan que acabe la situación de "angustia y estrés" que están sufriendo, en buena medida, por la difícil relación con la familía del procesado. "Con esta sentencia, espero que sí que reconozcan los hechos", concluyó.

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