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El turno de los nuevos

El catalán Josep Font y Alessandra Facchinetti, sucesora de Valentino, convencen en la alta costura de París

Eugenia de la Torriente

Hubo un tiempo en que la noticia eran los que abandonaban la alta costura. En la recta final de los cuatro días de presentaciones en París, lo fue los que se suman a ella. Y el estreno más esperado, el de Alessandra Facchinetti al frente de Valentino. La diseñadora italiana presentó en febrero su primera colección de prêt-à-porter y fue acogida con mucha más benevolencia que cuando sucedió a Tom Ford en 2004 al frente de Gucci. En todo caso, éste era su examen final y ella decidió presentar su candidatura en los salones de la compañía en la Place Vendôme, todo un símbolo.

Font desplegó un discurso articulado, asombrosamente bien ejecutado

Evitar los grandes espacios y las multitudinarias audiencias fue una decisión inteligente: la cercanía permitió concentrar la atención en el minucioso trabajo de las 150 costureras de los talleres romanos. Las mismas que lloraron en el adiós del maestro y que el miércoles por la noche saltaban de alegría junto a Facchinetti tras el desfile. "He estado 11 años con Valentino. Espero estar otros tantos con ella", apuntaba eufórica una de ellas. "Al principio estaba muy asustada", confesaba Facchinetti. "Esta gente llevaba 30 años trabajando con otra persona y tenía que acostumbrarse a mí. Pero desde el momento en que entré en el atelier, perdí todo miedo. Cuando empiezas te das cuenta de que este oficio no tiene que ver con la moda. En la alta costura no estás sola, creas e inventas con ellas".

La nueva estrategia de la empresa aspira a rejuvenecer la clientela sin perder el aura de elegancia atemporal. El característico rojo se llama ahora rouge e-mail y la ropa combina la pintura de Van Dyck con técnicas orientales como el origami o el obi. Facchinetti se apoya en etéreos y románticos vestidos que utilizan los pilares de la casa (volantes y lazos) con una sensibilidad mucho más dulce y femenina. No es anecdótico que Facchinetti, de 35 años, sea la única mujer al frente de una gran casa de alta costura en mucho tiempo. Para darle su apoyo, en primera fila estaba Giorgio Armani. ¿Y Valentino? "No he hablado con él desde hace tiempo", explicaba Facchinetti. "Pero esta mañana he recibido una hortensia blanca con una nota de ánimo y apoyo firmada por él y Giammetti. Un bonito gesto".

Otro gesto, esta vez una invitación, fue el que condujo ayer a Josep Font a repetir experiencia tras su estreno en la alta costura el pasado enero. "Sé que dijimos que no íbamos a hacerlo. Pero Didier Grumbach [presidente de la federación] nos llamó poco después del desfile y nos invitó de nuevo. Nos daba mucha pena decir que no, a pesar de la inversión tan brutal que supone", explicaba Carmen Ayats, propietaria de la marca. También han ayudado los buenos resultados de imagen obtenidos con aquella operación. Una foto de Alicia Keys en la revista Essence ha despertado el interés de los medios estadounidenses por el trabajo del diseñador catalán. La idea nunca fue producir ninguno de aquellos trajes, pero finalmente sí se vendió uno; unos grandes almacenes de Taiwan estuvieron dispuestos a pagar 22.000 euros por él. "Lo de la temporada pasada fue duro y la presión, terrible", confesaba Font. "Ver la buena reacción, de la prensa francesa sobre todo, me ha dado mucha más confianza".

Una confianza que sin duda se notó. Hace seis meses se vieron vestidos bonitos, pero inconexos. Un mero cajón de sastre de las obsesiones del creador. Un baúl del que ayer emergió un discurso articulado y asombrosamente bien ejecutado. Font repaso la tradición, el folclore, las costumbres y la cultura españolas con una mirada tan ingenua como desprejuiciada. Sacó 16 trajes luminosos y modernos. Nada fácil con un tema tan tratado como el flamenco, la luz del Mediterráneo o el mantón de Manila. "Hace seis meses todo se hizo muy rápido. Esta vez he podido plantearlo con más calma", apuntaba. Se volvió a escuchar que no repetirán en la próxima cita. Y sería una lástima.

La recta final de la semana parisiense sirvió de escenario también a otra peculiar incursión en la materia. La tercera colección de zapatos de alta costura que Bruno Frisoni ha concebido para Roger Vivier, la casa del zapatero de Dior, el hombre que calzó el new look. Su nuevo director creativo retoma esa herencia con 14 accesorios que sólo se realizan a medida, con las mismas técnicas y materiales que los vestidos. El zapato Monsieur, en terciopelo negro con espigas doradas, homenajea a Yves Saint Laurent. "Cuando murió, llamé a François Lesage y hable con él de una chaqueta que tenía grabada en la memoria", explicaba Frisoni en su estudio. "Él guarda en su archivo las muestras de los bordados que ha hecho para cada diseñador, lo encontró y lo replicó en este zapato", añadió. No es sino otra prueba de que la noticia pueden ser los recién llegados, pero el recuerdo será por bastante tiempo para el genio que ya no está.

Un modelo de Josep Font.
Un modelo de Josep Font.AP
Un modelo de Valentino
Un modelo de Valentino

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