"Todos temprano, que viene Aguirre"
Visita relámpago de la presidenta a unos locales de ensayo de jóvenes músicos
"El miércoles, todos temprano, que viene Aguirre", reza una nota sobre las congas de DJ Anya. Los músicos de las salas subterráneas del metro de Usera no suelen madrugar, pero ayer tocaba.
Nilo MC llega a las 10.30 con sus rastas y su patinete. Entra a la pecera de grabación para ensayar antes de que llegue la presidenta. Es uno de los 1.000 músicos que pasaron el año pasado por los locales que la Comunidad abrió en 1991 en las paradas de Usera y Cuzco. El de Cuzco es para música clásica y danza; Usera es territorio rockero, rapero, rastafari. La Dirección General de Juventud administra los locales, gratuitos, un maná para los jóvenes artistas de Madrid. "Pero no exageremos: en Usera hay cinco salas para miles de músicos. Es de coña", explica un guitarrista que no quiere dar su nombre. "Y acústicamente es una mierda. Los locales no están insonorizados", tercia su compañero. "Y no hablemos de los horarios". El lugar cierra a las nueve de la noche, así que es poco accesible para los que trabajan.
Aguirre entra en la pecera. On: Nilo agita las rastas y canta; Esperanza ensaya el baile de las plantas, meciendo el tronco sin mover las piernas. Off: a un nuevo local. "¿Más grupos?", pregunta la presidenta.
Sí, en Madrid hay mucha música bajo tierra. Con los Amigos Rous, Aguirre se sienta a la batería. "Pero prefiero la guitarra". "¡Que traigan una guitarra para la presidenta!", y una Fender Telecaster vuela de mano en mano para satisfacción de los fotógrafos.
La visita no dura más de media hora. A la presidenta le gustan tanto los sonidos, que dura dos minutos en cada sala. Se despide con los pulgares en alto a mitad de la canción que le dedican los Johnny Blood. Una reportera provoca al batería: "¿Qué tema dedicaríais al PP?". "El Porompompero", responde.
"Es lo más reivindicativo que se ha dicho hoy; no había que hablar de política", aclara otro músico. Antes de que llegara Aguirre, su equipo ya aleccionó a los músicos sobre la importancia de la visita. "Esta promoción no podemos desperdiciarla. Hay que aprovechar lo poco que se invierte en música", explica Keko, conguero.
Aguirre se despide con una declaración a los medios. "Que estos chicos lleguen al Rock in Rio". Nadie la escucha: sufre en sus carnes los efectos de la acústica. Los acordes, melódicos y rabiosos, suenan por encima de las palabras de la presidenta.
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