Las grúas perturban a los aviones de Cuatro Vientos
El aeródromo restringe las horas de despegue y aterrizaje por seguridad
Despegar en horas pares y aterrizar en impares. Así de extravagante fue el día de ayer para los aviones del aeródromo de Cuatro Vientos. Y no es la primera vez que sucede. Las escuelas de vuelo aseguran que las grúas del PAU de Carabanchel -alrededor de 35.000 vecinos-, situadas a pocos metros del aeropuerto, perturban la actividad de los pilotos.
Desde la pista de aterrizaje se atisban numerosas construcciones en plena ejecución. Dos grúas fueron ayer las causantes de los cambios en los vuelos.
El martes también hubo problemas. Ese día, Cuatro Vientos se vio obligado a cancelar todos los vuelos por motivos de seguridad. AENA, la empresa que gestiona este aeropuerto, advirtió el martes por la tarde a los pilotos que los horarios de vuelo de ayer se verían afectados. A las nueve de la mañana despegó el primer avión y a las diez se inició el turno de llegadas, pero con ciertas restricciones: sólo pudieron salir y aterrizar en una dirección. Esta improvisada solución trastoca los planes de los pilotos, puesto que normalmente maniobran en función del viento. La pista del aeródromo está habilitada para despegar y aterrizar tanto hacia el sur como hacia el norte.
Todo ello implica un riesgo mayor para los aviadores, según las escuelas de vuelo. "Las grúas afectan, sobre todo, a los aviones que tienen una emergencia y a los que llegan con poca potencia", afirma un trabajador de Aeromadrid. Cuando el viento cambia su orientación, los pilotos deben realizar determinados procedimientos para evitar problemas a la hora de aterrizar o despegar.
Las perturbaciones que sufren los aviones son un problema más habitual del que desearían las escuelas. Todas coinciden en que cada mes ven alterados sus horarios de vuelo por culpa de las grúas: "Estamos acostumbrados a que AENA cancele cualquier actividad en el aeródromo, y la verdad es que nos perjudica mucho tener que amoldarnos a este tipo de situaciones". El Ayuntamiento de Madrid es el encargado de otorgar la licencia de obra a las empresas constructoras, ya que el suelo sobre el que se levanta el PAU de Carabanchel pertenece al Consistorio. EL PAÍS intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con algún responsable del área de Urbanismo.
Cuatro Vientos es un foco de actualidad constante. Una avioneta se estrelló el pasado 30 de abril junto a la M-40 y sus dos pilotos murieron. En aquella ocasión, el principal causante del accidente fue el viento que soplaba desde el oeste, que obligó a sus ocupantes a cambiar el aterrizaje. La aeronave cayó a 10 metros de la autovía y a escasos pasos del PAU de Carabanchel, de un gran centro comercial con 180 tiendas y una gasolinera.
Los cerca de 60.000 vecinos de la zona llevan años protestando para que se cierre o se traslade el aeropuerto de Cuatro Vientos. "No es lógico ni prudente que aún se mantenga una infraestructura así, cuando el crecimiento de los últimos 30 o 40 años ha provocado que quede enclavado en pleno centro urbano", señalaba, tras el último accidente, el presidente de la asociación de vecinos de Carabanchel, Juan Fernández.
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