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Pizarro acepta un puesto 'de honor' en el PP

Será portavoz constitucional tras el 'no' a Aguirre y a estar en el equipo de Rajoy

Carlos E. Cué

Negó tres veces, y a la cuarta dijo sí. Manuel Pizarro, el fichaje estrella de Mariano Rajoy en las últimas elecciones, ahora distanciado del líder, ha encontrado un punto intermedio que no le compromete demasiado con el nuevo rumbo del PP y a la vez le permite disfrutar un poco del Parlamento: será el portavoz de la Comisión Constitucional, un puesto de honor y no de poder en el día a día del partido, que hasta ahora ocupaba Federico Trillo.

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La dimisión de Ignacio Astarloa, anunciada en pleno congreso del PP, dejó vacante el puesto de portavoz de Justicia, más pegado a las decisiones clave del partido, del que se encargará Trillo. Y Soraya Sáenz de Santamaría, la portavoz, encontró el candidato ideal para la Comisión Constitucional.

El jueves por la mañana, el mismo día en que se conocía que había rechazado la oferta de Esperanza Aguirre de incorporarse al Gobierno de Madrid, y la de Rajoy, que le propuso entrar en el Comité Ejecutivo -la dirección del PP-, Pizarro hizo saber al grupo parlamentario que sí estaba dispuesto a aceptar algún puesto en una comisión siempre que no implicara un trabajo de oposición diario controlado por la dirección y con responsabilidades en el partido. Esa misma tarde le llamó Sáenz de Santamaría, según fuentes parlamentarias, y le ofreció la portavocía de Constitucional, que él aceptó enseguida. Allí podrá tener más autonomía.

Pizarro, descartado como portavoz parlamentario cuando Rajoy eligió a Sáenz de Santamaría, rechazó hace semanas ser el portavoz de Economía, un cargo de oposición diaria, y después la vicepresidencia de la Comisión de Economía, un puesto institucional sin perfil político. Rajoy ha hecho todo tipo de intentos por incorporarle y lo ha conseguido al final al quedar vacante la plaza de Constitucional, algo que entusiasma a un abogado del Estado como Pizarro, deseoso, dijo ayer, de "desintoxicarse" de los asuntos económicos y centrarse en los jurídicos, su primera vocación de juventud. Lo hizo durante la presentación del libro Grandeza (Gota a Gota) de Steven F. Hayward, una biografía comparada de Reagan y Churchill.

La Comisión Constitucional, presidida por Alfonso Guerra, ha sido tradicionalmente un órgano con poca actividad, dominado por diputados veteranos y respetados. La legislatura pasada tuvo mucha relevancia porque allí recalaron todas las reformas de Estatutos y la Ley de Memoria. Ahora todo hace pensar que las aguas volverán a la normalidad y la actividad será más limitada.

Manuel  Pizarro, en el Congreso.
Manuel Pizarro, en el Congreso.A. G.

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