Claridades

Claridades o tinieblas. Tiempos de estabilidad en la patronal y turbulencias en la economía valenciana. En una época en la que la tendencia, tanto en lo público como en lo privado, es hacia la ambigüedad, dos entidades, de raíz empresarial, han emitido sus mensajes clarificadores en un ambiente de incertidumbre.

Coincidencia sobre coincidencia, el mismo día la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) han dado a conocer sus puntos de vista.

La CEV ha elaborado un informe que emitió su presidente, José Vicente González, en la asamblea anual. El mensaje interno aporta sosiego y capacidad de maniobra, porque la patronal valenciana ha conseguido equilibrar sus cuentas después de muchos años de arrastrar una situación financiera descompensada que provenía de épocas anteriores. Se ha cogido al toro por los cuernos.

No queda más remedio que saldar las deudas para lograr la independencia, tal como ha hecho la CEV. Además, quiere ser transparente y basar su estrategia desde la participación y la colaboración. No es fácil ser claro y diáfano en tiempos delicados. Ha llegado el momento de dirigir la acción de la patronal hacia los empresarios y las empresas, más que a los que rigen el poder económico y político. Democracia práctica más allá de la oligarquía.

El mensaje del presidente de la CEV fue clarificador. No es la primera crisis que vivimos y de todas ellas se ha salido con experiencias positivas y negativas. Puede resultar superfluo incidir en la clásica receta de aplicar la formación o la innovación, la investigación y el diseño, porque lo que hace falta son soluciones a corto plazo.

El interrogante que se nos plantea es qué debemos hacer ante los acontecimientos incontrolables. Habremos de gestionar con criterios de austeridad. Tendremos que trabajar más para obtener beneficios limitados. Uno de los factores diferenciales es la capacitación para una visión internacional de los negocios. Las entidades financieras habrán de hacer un esfuerzo para retornar a las empresas parte de lo que obtuvieron de ellas, porque de su viabilidad depende su futuro. Las empresas, por su parte, habrán de adaptar su dimensión a las condiciones actuales del mercado en lo que se refiere a actividad y recursos humanos. Los empresarios habrán de seguir invirtiendo para conseguir que sus empresas sean productivas y competitivas.

El mensaje lanzado por la Asociación Valenciana de Empresarios es más reflexivo, desde el Encuentro Economía y Sociedad en su tercera edición, y se dirige a fortalecer el sistema democrático, modernizar las instituciones y la mejora de la competitividad de nuestra economía, como bases de una sociedad justa.

En la declaración destaca una crítica a quienes rigen la vida pública con unas carencias que lastran el desarrollo económico y social. La consecuencia de este comportamiento generalizado es el descrédito de las instituciones y de quienes las representan. Al mismo tiempo, se ha generado un clima de opinión que aleja de la vida política y de la función pública a jóvenes muy capacitados y a personas de más edad con experiencia. Todos ellos, sigue la declaración, con vocación por los asuntos colectivos, pero nada dispuestos a asumir ni los comportamientos de los partidos, ni las limitaciones que la opinión pública ofrece a sus carreras profesionales, al comprobar que los altos puestos de responsabilidad son ocupados por personas cuyos méritos predominantes son las afinidades al partido político de turno.

Se comprueba la excesiva politización de las actividades públicas y privadas, que nos ha llevado en la Comunidad Valenciana a supeditar el funcionamiento de las entidades económico-empresariales y a aceptar determinados nombramientos, que convierten en ineficientes a las entidades que los han de soportar. Sin embargo, es positivo que estas voces se atrevan a emitir su opinión con libertad.