Israel ultima el canje de dos soldados por presos de Hezbolá
El Gobierno tiene previsto adoptar el acuerdo el domingo
Es un asunto espinoso como pocos para la sociedad israelí. Pero ya ha madurado y el Gobierno parece dispuesto a dar el paso definitivo. Salvo imprevistos de última hora, el Ejecutivo de Ehud Olmert otorgará el domingo el visto bueno al canje de prisioneros de Hezbolá y de varios cadáveres de libaneses por los dos soldados israelíes capturados en la frontera el 12 de julio de 2006 por la milicia chií, el chispazo que desató la segunda guerra de Líbano. La incertidumbre, no obstante, se mantendrá hasta el último instante. Nadie sabe a ciencia cierta si Ehud Goldwasser y Eldad Regev siguen vivos. Y, además, los mediadores alemanes deberán viajar después a Beirut para que Hezbolá dé también su beneplácito.
"Es una decisión de las más difíciles", asegura el primer ministro Olmert
Ya se ha consultado con el rabino jefe del Ejército y el Gabinete votará el domingo. Los medios israelíes aseguran que la mayoría de los ministros son favorables a la operación. En los últimos días, los familiares de los uniformados israelíes se han reunido con el primer ministro y han convocado manifestaciones en Jerusalén. La presión de la opinión pública es notoria. Y Olmert, tras algunos titubeos, se muestra dispuesto al canje. "Entre las decisiones que debe adoptar un primer ministro, ésta es la más difícil", afirmó el miércoles en el Parlamento. El precedente del aviador Ron Arad, desaparecido en Líbano en 1986 y cuyo destino es una incógnita, pesa como una losa. Cualquier solución es preferible a que se repita su historia.
El intercambio levanta ampollas. Uno de los reos es Samir Kuntar, druso libanés condenado a cuatro cadenas perpetuas por el asesinato de un hombre, sus dos hijas y un policía en Nahariya, a 10 kilómetros del linde con Líbano. Una de las niñas pereció ahogada cuando su madre, escondida con la pequeña, trataba de sofocar sus sollozos. En prisión desde 1979, Kuntar figuró en negociaciones previas para canjear israelíes por presos libaneses y palestinos.
Los servicios de espionaje israelíes están convencidos de que Goldwasser y Regev fallecieron, aunque carecen de certezas. El Mosad y el Shin Bet (servicio de seguridad interior) se han opuesto firmemente al canje. Consideran que la capacidad de disuasión de Israel está en juego y que plegarse a las exigencias de Hezbolá mina su poder de intimidar. Tampoco sería la primera vez. El experto militar del diario Haaretz, Yossi Merman, ha escrito: "La verdad amarga es que todos los Gobiernos israelíes han presentado una doble cara. Pronuncian pretenciosas palabras como 'no cederemos a la extorsión de los terroristas', pero ceden una y otra vez a la extorsión de los terroristas".
El jefe del Estado Mayor, Gaby Ashkenazi, sin embargo, es partidario. Tiene otra prioridad: que los soldados regresen a casa o que sean enterrados dignamente.
Las claves del intercambio
- Los soldados israelíes Ehud Goldwasser y Eldad Regev fueron capturados en la frontera israelo-libanesa el 12 de julio de 2006 por la milicia chií de Hezbolá, lo que desató la segunda guerra de Líbano.
- Israel entregará a cambio prisioneros de Hezbolá y varios cadáveres de libaneses. Entre los primeros figura Samir Kuntar, druso libanés condenado a cuatro cadenas perpetuas por el asesinato de un hombre, sus dos hijas y un policía en la ciudad israelí de Nahariya.
- Los servicios de espionaje israelíes están convencidos de que los soldados Goldwasser y Regev están muertos. Tanto el Mosad como el Shin Bet (servicio de seguridad interior) se oponen al canje.
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