Los países del sur africano piden a Zimbabue que retrase las elecciones
La Casa Blanca asegura que ignorará el resultado del plebiscito de Mugabe
A la creciente presión internacional contra la violencia desatada por el régimen de Robert Mugabe contra la oposición, se sumaron ayer los líderes de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC, en inglés), tras una reunión de urgencia mantenida en Suazilandia -a la que no asistió el presidente surafricano, Thabo Mbeki, quien trata de mediar en el conflicto de la vecina Zimbabue-. Los países del sur africano pidieron a Mugabe que posponga los comicios, ya que la violencia "no permitirá que las elecciones sean libres y limpias".
EE UU anunció que no reconocerá el resultado de las elecciones presidenciales convocadas para mañana, y a las que no acude el jefe de la oposición, Morgan Tsvangirai, el más votado en la primera vuelta celebrada en marzo. El presidente George Bush calificó la votación de mañana de "farsa", mientras que el ex presidente surafricano Nelson Mandela habló de "un trágico fracaso del liderazgo" en Zimbabue.
La Comisión Electoral declaró ayer que la decisión de Tsvangirai de retirarse de la segunda vuelta llegó tarde para retirar su nombre de las papeletas, por lo que los comicios tendrán lugar mañana, como estaba previsto.
Los apenas 500 observadores electorales -frente a los 8.667 desplegados en marzo- dijeron ayer que no podrán realizar de "forma efectiva" su trabajo por las amenazas recibidas.
Tsvangirai abandonó por unas horas su refugio en la Embajada de Holanda en Harare para pedir a la comunidad internacional que impulse una "salida negociada" a la crisis que vive su país. "Pido a la Unión Africana (UA) y a la SADC que lideren una amplia iniciativa apoyada por la ONU para dirigir lo que llamaría un proceso de transición", dijo Tsvangirai a la prensa. El líder opositor pidió el fin inmediato de la violencia, que se permita la entrada de ayuda humanitaria en el país, que ocupen sus escaños todos los parlamentarios elegidos el pasado 29 de marzo y la liberación de los más de 2.000 prisioneros políticos, incluido Tendai Biti, número dos del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), que lidera Tsvangirai.
La policía continúa con los registros de las sedes de la oposición y las detenciones de los simpatizantes del MDC. Unos 300 militantes de este partido se refugiaron ayer en la Embajada de Suráfrica en Harare. Según el MDC, 86 de sus militantes han sido asesinados y más de 200.000 se han visto obligados a dejar sus casas por las amenazas de las milicias del partido gobernante (el ZANU-PF de Mugabe). "Es importante que los dos partidos reconozcan que el país está ardiendo y que el único camino es sentarse y buscar una salida", afirmó Tsvangirai.
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