Interior fichará a todos los gitanos

La llamada "emergencia nómada" y el anunciado censo de la población de etnia gitana que reside en Italia empiezan a tomar carta de naturaleza jurídica. El ministro del Interior, Roberto Maroni, anunció ayer ante la Comisión de Asuntos Constitucionales del Parlamento que las fuerzas del orden, ayudadas por la Cruz Roja y los servicios sociales, tomarán las huellas dactilares de todos los miembros de la comunidad gitana, incluidos los niños.

Maroni aclaró que no se trata de elaborar una "base de datos étnica", sino de hacer "un censo verdadero y correcto", que "garantice a quien tiene derecho a quedarse [en Italia] que pueda vivir en condiciones decentes y vea sus derechos defendidos". "Así podremos evitar fenómenos como la mendicidad infantil", añadió el ministro, quien advirtió que, cuando sea aprobada la normativa, los padres que exploten a los hijos poniéndolos a mendigar "perderán la patria potestad".

El objetivo de las medidas no es discriminar a la población gitana, insistió, sino "mandar a casa a quien no tenga derecho a estar en Italia". La población de etnia gitana residente en Italia está compuesta por unas 150.000 personas. Cerca de la mitad ha nacido en el país, y una parte muy importante es menor de edad. Cerca de 700.000 inmigrantes ilegales han pedido permisos de residencia en el último flujo migratorio, de los cuales sólo han sido admitidos hasta ahora el 1%.

Maroni acusó de utilizar la doble moral a quienes "piden intransigencia en las leyes y luego cierran los ojos por intereses personales".