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Un nuevo Guggenheim para Vizcaya

Una historia que comenzó hace 17 años

El inicio de la gestación del proyecto Guggenheim de Bilbao se remonta a 17 años atrás. El 8 de abril de 1991, el director de la Solomon R. Guggenheim Foundation, Thomas Krens, fue recibido en el palacio de Ajuria Enea por el entonces lehendakari, José Antonio Ardanza. Los contactos preliminares entre Krens y Juan Luis Laskurain, entonces diputado de Hacienda de Vizcaya, para explorar la posibilidad de asociarse para construir un Guggenheim en Bilbao empezaban a cuajar. En febrero de 1992, se firmó en Nueva York el acuerdo, que comprometía a las instituciones vascas a pagar 20 millones de dólares (2.000 millones de pesetas de 1991) a la Fundación Guggenheim por usar su nombre y fondos artísticos, a construir un edificio de arquitectura singular y a dotar al nuevo museo de una colección propia.

El 22 de octubre de 1993 se colocaba la primera piedra del museo en Abandoibarra, en medio de un paisaje desolador de terrenos abandonados y depósitos de contenedores. Cuatro años más tarde se celebraba por todo lo alto la inuguración oficial, presidida por los Reyes.

En total, la puesta en marcha del Guggenheim, con la misión de convertirse en locomotora de la regeneración económica y urbanística, tuvo un coste superior a los 162 millones de euros, de los que más de 86 correspondieron a la construcción del edificio, diseñado por el arquitecto Frank O. Gehry.

En el centro de las negociaciones y de la puesta en marcha del Guggenheim estuvo el entonces consejero de Cultura, Joseba Arregi. El principal impulsor del proyecto no cree ahora en la idoneidad de la ampliación del Guggenheim con nuevas instalaciones en Urdaibai. "Lo siento, pero no veo la razonabilidad [de la ampliación]", dijo ayer a EL PAÍS. "No sé que puede aportar a lo que ya existe, no sé que función podría cumplir". Ante el anuncio de la disponiblidad de 100 millones de euros para el proyecto de sacar parte del Guggenheim de Bilbao, Arregi recuerda que se luchó por que no hubiera otros Guggenhiem en Europa después de inaugurar el de la capital vizcaína. "¿Más espacio para qué, para quitar visitantes a Bilbao?", se pregunta.

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