Los armadores piden al Gobierno una política pesquera y no simples "parches"
La protesta acaba en la policía tras ser detenido uno de los 2.000 manifestantes
"Espinosa, eres una mentirosa". "La crisis pesquera, al Gobierno se la pela". "La flota amarrada, y ellos, en Cíes de acampada". "Perrea, perrea, Touriño a la batea". Entre humaradas blancas y rojas, y música de petardos, sirenas, silbatos y cacerolas, unas dos mil personas (900 según la policía, más de 3.000 según la organización) recorrieron la distancia que separa el Obradoiro de la Xunta en San Caetano proclamando en un centenar de carteles su cabreo con los políticos. Pero junto a los nombres de Zapatero, la ministra Espinosa, Touriño, la conselleira Gallego o el secretario de Pesca, Martín Fragueiro, se repetía con insistencia el de Joaquín Cadilla, presidente de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu).
Ayer, de los 40 barcos espaderos de este colectivo de A Guarda, 30 se encontraban faenando en el Pacífico y el Índico y sólo 10 secundaban la protesta. Según la Plataforma pola Defensa do Sector Pesqueiro, organizadora junto a Cepesca de la manifestación, la convocatoria quedó diezmada por culpa de Cadilla ("Cadilla, estamos hasta la coronilla; no somos de la misma cuadrilla") y también por el "caramelo" que hace una semana ofreció el Gobierno a la bajura y que hizo que este colectivo levase anclas.
Para José Pino, patrón de Celeiro (puerto, con Burela, donde la bajura sigue amarrada desde el 30 de mayo), el sector no se puede conformar con estos "parches", sino que es necesaria toda una "política pesquera" que empieza por no ahogar la cuestión en el maremágnum de "medio ministerios" que patronea Espinosa. En el manifiesto que leyó, Pino defendió que la pesca es la única actividad en la que Galicia es líder, por lo que no se justifica que tanto Touriño como Gallego anden "desaparecidos" y no "den la cara", "resignados a aceptar" que la UE diga que "la pesca debe desaparecer para quedar en manos de países en desarrollo".
Tras la lectura, agentes de paisano detuvieron a un manifestante al que relacionaron con los altercados de la semana pasada en el Parlamento. Esto alargó la protesta, que acabó en la comisaría. Los asistentes se negaron a subir a los buses mientras el compañero no quedase en libertad. Y salió dos horas después.
Salvo excepciones como la de Orpagu, la flota de altura y litoral sigue en puerto. Ayer, en Vigo sólo descargaron dos barcos y camiones con pescado "de fuera". La política que piden los armadores pasaría por controlar estas importaciones, desguazar, ampliar las ayudas de 30.000 a 100.000 euros por barco y perdonar las tasas hasta fin de año para levantar cabeza tras la huelga.
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