Cirujanos y peluqueros comparten feria

La Feria Integral de la Belleza (Fibell), que se clausura hoy en Bilbao, intenta adaptarse a los bolsillos de sus diversos tipos de asistentes.

Desde los especialistas del sector de la imagen y el cuidado corporal, como la joven peluquera tinerfeña Eva, que vino con diez amigos y un presupuesto ajustado -"intento no pasarme de los 100 euros diarios", señala-, hasta los acaudalados cirujanos plásticos que se alojan en el Hilton o en alguno de los demás hoteles de alta categoría de la capital vizcaína; gente que utiliza sus ratos libres para visitar las bodegas de Marqués de Riscal en Elciego y admirar allí el otro edificio de Frank Gehry.

Esta dualidad también se ve reflejada en los precios del evento: las cuotas de inscripción para médicos, farmacéuticos y odontólogos están entre 650 y 750 euros por persona para asistir a las conferencias en el Palacio Euskalduna. El precio de los talleres y espectáculos de peluquería, cosmética o spa que se llevan a cabo en el Teatro Arriaga y en el Auditorio de Bidebarreta no suele superar los 80 euros por jornada.

En el Arriaga, los presentes en un auditorio medio vacío miraban ayer atentamente cómo los peluqueros esculpían peinados imposibles en cuatro modelos. En paralelo, dos cámaras iban retransmitiendo en varias pantallas los detalles de los tijeretazos. El público, femenino y joven en su mayoría, recurría más a la cámara de fotos que a la libreta para tomar nota de lo enseñado. "La verdad es que no me estoy enterando demasiado de cómo hacen los peinados. Las cámaras enfocan muy poco tiempo los detalles", protesta una de las asistentes, residente en Eibar. "Yo de fotos nada, prefiero estar atenta a lo que hacen ; así me quedo con la copla", resume Maria Jesús, otra de las muchas bilbaínas que acudieron a la cita.

Esta imagen contrastaba con la de los médicos y especialistas que concienzudamente tomaban apuntes en las ponencias científicas en el Palacio Euskalduna. "El nivel de las conferencias está muy bien", valora un cirujano plástico al salir de una ponencia sobre nuevas técnicas de sutura para los liftings. ¿Le da tiempo a ver alguna ponencia de las otras seis especialidades? "La verdad es que no, nuestro programa es bastante nutrido y deja tiempo para poco más", añade.

En los puestos de la feria, tanto en los situados a orillas de la Ría como en los del Palacio Euskalduna, los expositores no escondían cierta decepción. "Hay muy pocos asistentes, se nos dijo que habría más", explica uno de ellos. El espacio le ha costado a su empresa unos 12.000 euros. No tiene muy claro que vayan a repetir, en el caso de que se celebre una nueva edición dentro de dos años. La poca afluencia de público se hacía notar en los distintos escenarios del evento. "En nuestra rama es normal, hay demasiados congresos y el público termina cansándose. Si no fuera por compromiso, yo tampoco habría venido", razona un dentista miembro del comité científico.

El director de JKI, empresa responsable del evento, Jon Gangoiti, reconocía también que la asistencia "no está siendo lo que se esperaba", sobre todo en la rama de estética y cosmética. "El Arriaga debería estar a reventar. Pero parece que no podemos competir con la playa y el sol. Y eso que hemos traído a profesionales de primer nivel aquí", apuntó Gangoiti.