Cambio de pavimento en la A-5 para reducir ruidos

Un coche. Otro. Otro. Y otro más que pasa por debajo de la ventana de una habitación. Hasta 150.000 al día. En las dos direcciones. Los vecinos de la avenida de Portugal (Batán) soportan desde hace más de 30 años el ruido del tráfico, que en ocasiones superan los 60 decibelios, el límite de lo permitido, hasta instalarse en 83, según han denunciado varias veces.

El Ayuntamiento anunció ayer que aplicará betún y polvo de neumático para reducir el impacto sonoro hasta en cinco decibelios. A los afectados les parece una solución "ridícula".

La propuesta municipal ante décadas de calvario sonoro es invertir dos millones de euros en pavimentar el tramo de 3,4 kilómetros entre la avenida de Portugal y las inmediaciones de la calle de Ceferino Ávila. Los trabajos comenzarán a finales de agosto. Tardarán dos meses en aplicar la mezcla de betún viscoso y caucho de ruedas viejas -más de 41.000, según datos municipales- que reducirá el nivel de ruido. Lo harán de noche, para no cortar los dos sentidos de la carretera.

"Eso es una chapuza"

A los supuestos beneficiarios, los vecinos de Batán, la medida les parece una mala solución. "Es como el que tiene tos y se rasca la barriga", explica de forma campechana Manuel Dorado, portavoz de la Asociación Unión Casa de Campo-Batán, que representa a los casi 12.000 vecinos del barrio. "Saben por sus propias mediciones que llegamos a 83 decibelios. ¿Qué nos arregla cinco menos? Más que un arreglo es una chapuza", asegura.

La asociación de Manuel Dorado fue la que presentó una demanda ante la Fiscalía de Medio Ambiente contra el ruido. Hace un año, tres concejales del PP -Pilar Martínez, de Urbanismo; Paz González, de Medio Ambiente; y Pedro Calvo, de Seguridad- fueron imputados por un delito de contaminación acústica y atmosférica por este asunto. Los tres tuvieron que declarar en el juzgado número 45 de la plaza de Castilla. El tema judicial está pendiente de resolución.

A los habitantes de Batán les hubiera gustado un túnel como los construidos para soterrar la M-30. Si no se puede, dice el portavoz vecinal, bastaría con convertir el tramo en una vía urbana, para que los coches no vayan a más de 50. Y poner semáforos. Pero la solución ofertada ayer, caucho y betún para rebajar unos decibelios, les parece "una tomadura de pelo".