El padre de una víctima agrede a Nanysex

La segunda sesión del juicio por el escándalo Nanysex estuvo ayer marcada por la tensión y el dramatismo. Dos de los padres de las víctimas intentaron agredir a Álvaro I. G., el principal acusado de abusar sexualmente de siete niños. Habían soportado ya mucho. El lunes tuvieron que escuchar los testimonios de los cuatro encausados y ver las imágenes de las vejaciones a las que los sometieron. Ayer, revivieron el dolor de sus hijos. Hubo quien no lo pudo resistir.

El primer ataque sucedió al comenzar las declaraciones. Fernando, el padre que había convivido con Álvaro en Collado Villalba en la misma casa donde sucedieron los hechos, se abalanzó sobre el pederasta al pasar junto a él y le dio un puñetazo. Como consecuencia, el pederasta sufrió una pequeña brecha. Para calmar los ánimos, el juez decidió suspender la vista por 30 minutos y cambiar la distribución de la sala para alejar los dos polos de la tensión. Aun así, la vuelta de ese descanso no fue menos intensa. La última de las madres en testificar tuvo que ser reducida por la policía cuando, al término de la sesión, se abalanzó sobre los acusados que salían de la sala escoltados por la policía, relata Maza.

Durante toda la mañana los familiares de los niños dedicaron miradas desafiantes e insultos a los procesados. Apenas medio metro separaba a las víctimas de los presuntos verdugos, según el relato de Manuel Maza Ruiz, el abogado de Valeria Broggi, una de las madres.

Según el abogado, de los siete padres que declararon, cuatro han afirmado que notan a sus hijos más retraídos. "Es como si hubieran perdido la frescura de la infancia" a raíz de los hechos, contaba una. También tienen problemas para relacionarse con otros niños y están recelosos de hablar con sus madres de los abusos.

Además, según confirma el abogado del Ayuntamiento de Villalba, que se ha presentado como acusación popular, otra de las madres narró cómo un día encontró sangre en las heces de su bebé. "En ese momento no le di importancia", afirmó.

También declaró ayer el policía instructor del caso que ha explicado al tribunal que Nanysex era "un mito en el mundo de la pederastia" y que tenía "fama mundial" en ese círculo "por la calidad del material que intercambiaba con otros pedófilos". Asimismo, el agente describió el funcionamiento de las redes de información entre pederastas que, identificados con alias como Kova o Nanysex (los dos sobrenombres de Álvaro), comparten los vídeos en pequeñas comunidades.

A propósito del juicio, Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia, afirmó ayer que presentará en otoño una reforma del Código Penal para agravar "severamente" las penas por abusos a menores. También ha afirmado que la castración química "se puede hacer con la voluntad de quien lo pide". La fiscalía pide 39 años para Nanysex y penas de 10 a 24 años para los otros tres acusados.