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Puigcercós y Carod se reparten los papeles entre partido y Gobierno

Los dos dirigentes almuerzan juntos en un gesto de distensión tras el congreso

Esquerra Republicana (ERC) ha decidido adoptar el mismo modelo de funcionamiento que el Partido Nacionalista Vasco: el hombre fuerte del partido no tiene por qué formar parte del Gobierno. Sólo que los peneuvistas llevan décadas de ventaja y la única y conocida experiencia de los republicanos -en el anterior tripartito- acabó en bancarrota. De ahí que Joan Puigcercós -flamante presidente de ERC- y Josep Lluís Carod Rovira -primer republicano en el escalafón gubernamental- empezaran ayer a esbozar lo que se intuye que será un alambicado reparto de papeles. Pero el objetivo que les une, la continuidad a toda costa del tripartito, es más fuerte que su histórica enemistad, acentuada este pasado fin de semana tras la asonada de Puigcercós al arrebatar a Carod el liderazgo de la formación.

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Dos horas de almuerzo y sobremesa -"es habitual entre ellos", corrieron a precisar fuentes del consejero- sirvieron para tomar una serie de acuerdos que, por voluntad de ambos, deben atenuar una posible cacofonía de discursos entre partido y Gobierno. Pero lo que parece "habitual" ayer se convirtió en noticia. Puigcercós y Carod se reunirán cada 15 días para coordinarse -amén de las casi semanales ejecutivas de ERC- y un destacado miembro del partido asistirá también todos los martes a la reunión de los consejeros republicanos previa al Consell Executiu. En ese encuentro podrán participar el propio Puigcercós o la portavoz parlamentaria, Anna Simó.

¿Esquerra se replanteará el acuerdo de Entesa con socialistas e Iniciativa? No. Al menos eso acordaron en su cita. Habrá una reformulación de los términos y se evaluará el grado de cumplimiento con ambos socios del Ejecutivo a finales de año, cuando se pase el ecuador de la legislatura. Para entonces deberá estar acordado el nuevo sistema de financiación, aprobada la Ley de Educación y blindada, por tanto, la inmersión lingüística. Y quizá haya respuesta del Gobierno catalán a una eventual sentencia desfavorable del Constitucional sobre el Estatuto. Tres cuestiones que los republicanos han elevado al grado de "líneas rojas" y que, reconoció ayer Anna Simó, no es que sean condiciones infranqueables para garantizar la estabilidad del tripartito.

Pero tiempo al tiempo y a cada uno lo que le incumbe. Por ello, Carod Rovira hizo mutis ayer en la reunión del Consell Executiu sobre las tan consagradas líneas rojas. Se las expondrá Puigcercós al presidente de la Generalitat, José Montilla, en una entrevista que mantendrán la próxima semana, en la que el republicano también se quejará por la situación de "bloqueo" que padece el desarrollo del Estatuto. Puigcercós, no obstante, no se convertirá en el "interlocutor" de ERC en el Gobierno catalán, sino que esta función está reservada a Carod. Este parece el deseo: un equilibrado reparto de roles. Y Puigcercós y Carod se conjuraron ayer para que se haga realidad en un gesto de distensión tras el convulso congreso.

La realidad, no obstante, demuestra que en el congreso las heridas se cerraron en falso. El presidente del grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella -carodista de pro-, culpó a Puigcercós directamente de haber frenado un acuerdo con Carod.

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