Esquerra mantiene con matices su apuesta por el tripartito

La segunda parte del congreso de Esquerra confirmó la línea estratégica más importante y duradera que ha tomado este partido desde la recuperación de la democracia: el tripartito de izquierdas en el Gobierno de la Generalitat. El secretario general, Joan Ridao, reiteró que "ERC es un gran barco, pero no puede dar golpes de timón, sino virajes suaves". Bendición del tripartito, sí; pero con todos las matices posibles y con los papeles repartidos entre los líderes de ERC. Con todo, la ponencia estratégica fue aprobada por el 88% de los militantes.

En la forma, radicalidad independentista, y en el fondo, una clara apuesta por la continuidad del Gobierno catalán. El texto aprobado dice que antes de 2010 ERC tendrá que "valorar" los objetivos alcanzados en la presente legislatura a fin de poder elaborar con rigor el programa para las próximas elecciones autonómicas; asimismo el documento y rechaza toda enmienda que suponga revisar el pacto de Entesa.

Aun así, Puigcercós ya dejó claro que quiere actualizar el pacto de las fuerzas de izquierda este otoño, algo a lo que no se oponen el PSC e ICV-EUiA.

Josep Lluís Carod Rovira fue quien más defendió el actual tripartito. En su discurso como presidente saliente, Carod aseguró: "El cambio que queremos hacer lo queremos construir desde el Gobierno, desde la oposición nada de lo que hagamos será irreversible". El informe de gestión de Carod se aprobó por el 76% de los votos, casi 15 puntos más que los obtenidos por el texto de Puigcercós. Fue una última victoria para Carod en su despedida de la primera línea de Esquerra.

Puigcercós obvió la presencia de ERC en el Gobierno en su informe, que se centró en la necesidad de que ERC "tome decisiones". Tuvo un apoyo del 61% y un voto de castigo del 39%. Los carodistas rechazaron masivamente el informe de Puigcercós como señal de advertencia al nuevo líder para que los tuviera en cuenta en la formación de la ejecutiva. Como se vio por la tarde, no lograron su objetivo y se quedaron fuera de la dirección.

Uno de los triunfadores del cónclave independentista fue el líder de la corriente crítica Esquerra Independentista, Uriel Bertran, que logró que se aprobaran tres de sus cuatro enmiendas a la ponencia estratégica. La principal es una que promueve una "respuesta ante una sentencia adversa del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto" que consistiría en instar al Parlament a rechazar dicha sentencia y convocar una consulta popular, coincidiendo con las próximas elecciones catalanas, sobre el "derecho a decidir".

Una de las enmiendas aprobadas fue la que obliga a incluir en la ponencia oficial la separación de cargos de Gobierno y de partido, en contra del criterio de la dirección. De esta forma, el presidente del partido, Joan Puigcercós, podría ser candidato a la presidencia de la Generalitat, pero tendría que dejar la presidencia del partido si entrara de nuevo en el Gobierno. Pese a las penurias que ayer pasó la dirección, ERC reafirmó su apuesta por el asamblearismo.