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Raúl Castro acaba con la igualdad salarial en Cuba

Los trabajadores estatales empiezan a cobrar en función del rendimiento

El Gobierno de Raúl Castro ha dado de plazo hasta el mes de agosto para que todas las empresas estatales comiencen a aplicar un nuevo sistema de "pago por resultados" que elimina los topes salariales y establece como principio general que cuanto más produzca un trabajador, mayor será su sueldo. La medida liquida el "igualitarismo salarial" que ha imperado en Cuba durante décadas y, según analistas, es la disposición económica más realista y trascendente adoptada desde que Fidel Castro abandonó el poder debido a una grave enfermedad.

El reglamento fue emitido el 2 de febrero por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, cuando todavía Raúl Castro era presidente en funciones. La fórmula de pago por resultados ya se utilizaba en un grupo de empresas acogidas al llamado "sistema de perfeccionamiento empresarial", iniciado en la década de los ochenta por Raúl Castro en un grupo de compañías e industrias bajo control militar, y extendido después a algunos sectores de la vida civil. Ahora, por ley, se aplicará en todas las empresas del Estado, que son la inmensa mayoría.

La medida es adoptada con el fin expreso de aumentar "los índices de eficiencia empresarial y la productividad" en el país, en estos momentos bajo mínimos debido al actual sistema de retribución de los trabajadores y al escaso poder adquisitivo de los salarios, entre otros factores. Según un economista, más allá del alcance a corto plazo del nuevo sistema de pago por resultados, la disposición es "realista" y "revolucionaria" en un sistema como el cubano, en el que siempre han primado los criterios políticos e ideológicos sobre las necesidades económicas.

Diversos analistas señalan que mientras no se acabe con la dualidad monetaria y el bajo poder adquisitivo de los salarios en moneda nacional, ganar muchos pesos cubanos será un estímulo relativo para incentivar la producción. Pero la resolución tiene un alcance mucho mayor, y va en la línea raulista de encarrilar el socialismo cubano por la senda del pragmatismo económico. "De golpe y porrazo se elimina el veto que existía al enriquecimiento, y se estimula que el que más gane viva mejor", asegura un analista extranjero. "Y no sólo se liquida el igualitarismo absurdo, se restituye al dinero su valor como estímulo material para los trabajadores".

El diario Granma publicaba el miércoles una entrevista con el viceministro de Trabajo y Seguridad Social, Carlos Mateu, impensable hace poco tiempo. "Ha existido una tendencia a que todo el mundo reciba lo mismo y ese igualitarismo no es conveniente", indicó el funcionario, que criticó el exceso de "paternalismo" que ha hecho que durante años el Estado pague lo mismo al que trabaja poco que al buen productor. Parecería poco, pero en Cuba, donde el Estado controla el 90% de la economía y hasta ahora lo fetén eran los "estímulos morales", no lo es.

Varias personas esperan ante una oficina de cambio de divisas en La Habana.
Varias personas esperan ante una oficina de cambio de divisas en La Habana.AP

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