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Reportaje:Información privilegiada

El enredo eléctrico de Sebastián

Del intento de EDF en Iberdrola al retraso de la venta de activos de Endesa a E.ON

Miguel Ángel Noceda

A Miguel Sebastián le gusta presumir de que el Ministerio de Industria que dirige copa el 50% del PIB, y el jueves, en su primer acto como ministro ante un foro empresarial, tenía a su alrededor una importante representación del tejido industrial que lo hace posible. Destacó la presencia de todos los eléctricos y constructores, con intereses en la energía, ávidos de conocer algún detalle por pequeño que fuera de las operaciones que se cuecen en el sector. Sebastián se las guardó.

Estaba ese día el ánimo muy caliente en el sector por una subida de la luz que no convence a las eléctricas y, sobre todo, por las declaraciones del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a Financial Times en las que hablaba de grandes campeones europeos y no nacionales ("no todos podemos aspirar a tener campeones nacionales en energía") como en etapas recientes.

El ministro tomó el testigo y más de uno de los presentes detectó un guiño al intento del grupo francés EDF de entrar en Iberdrola, posibilidad que permitiría a Florentino Pérez, presidente de ACS (13% de la eléctrica), integrar en Fenosa activos de Iberdrola. Desde luego, las palabras del presidente son lo suficientemente ambiguas para pensar eso y lo contrario; pero sembró la inquietud el entorno de Ignacio Sánchez Galán, contrario tanto a esa opción como a la fusión con Gas Natural (GN) que defienden los accionistas de esta empresa, Criteria (La Caixa) y Repsol.

La organización del Fórum Nueva Economía se cuidó mucho de ubicar a los comensales y, mientras, Florentino Pérez compartía confidencias con César Alierta, presidente de Telefónica, y Jaume Giró, director general de Repsol, en un costado de la mesa presidencial; en el otro, Sánchez Galán lo hacía con Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, y Javier Díez Polanco, consejero delegado de Sogecable. No tuvieron que cruzarse miradas incómodas ni disimular gestos cuando Sebastián abordó la cuestión. Cerca andaban el presidente de Fenosa, Pedro López Jiménez, y Luis del Rivero, presidente de Sacyr y vicepresidente de Repsol, para dar testimonio.

Tampoco faltaron a la cita José Manuel Entrecanales, presidente de Endesa, y Miguel Antoñanzas, hombre de Enel en España, que tienen otro frente abierto. Y que es otro capítulo del lío eléctrico. Sorprende el retraso de más de un año que arrastra la venta pactada de activos a E.ON. Los alemanes están nerviosos mientras los socios de Endesa despejan incógnitas. Quieren dar el primer paso y luego seguir actuando.

Entrecanales, por si acaso, ha convocado para el 30 de junio la junta de accionistas de Endesa, en la que formalmente se recogerá el trasvase de activos por valor de 14.000 millones de euros, de los que Enel recibirá más de 8.000. Previamente, el 11 de junio, Fulvio Conti recibirá de la junta de Enel plenos poderes para continuar dirigiendo la empresa. Conti necesita dinero para hacer frente a una deuda de 60.000 millones y para abordar nuevos proyectos.

Así están las cosas en el sector eléctrico. Y mientras los empresarios imponían sus respetos en la comida, Sebastián seguía su recorrido ministerial. Se mostró menos seguro (o más inquieto) que ante los diputados el día anterior. Posiblemente, porque el auditorio le pareció más exigente o porque en algunas preguntas incisivas no encontró buena intención.

Y Sebastián, al que muchas veces le cuesta conjugar el verbo callar, soltó algún que otro rejón ("las asociaciones empresariales a veces son insaciables", "nosotros preferimos, no interferimos", "la OCDE ha fallado los tres últimos años") que por lo menos rompió la monotonía del discurso. Pero también regaló ánimos: "Las empresas que apostaron por las economías emergentes han acertado", "el fracaso tiene valor y el valor debe ser reconocido".

La crisis (palabra que evitó emplear) le va a impedir gestionar con viento a favor. Quizá por eso las medidas no han sorprendido y, en casos, recuerdan las que hace 15 años impulsó Juan Manuel Eguiagaray, allí presente, cuando ocupó la misma cartera y le tocó soportar la última crisis. El ministro fue despedido por el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, quien, a pesar de aplaudir la valentía del ministro y sus medidas, se vio obligado a contestarle: "La obligación de una asociación es presentar propuestas. Dirá que somos insaciables, pero lo que somos es razonables".

Un ministro con mucho tirón entre los empresarios

Casi 800 personas, entre empresarios, periodistas y algún político, llenaron el jueves el aforo del Palacio de Congresos de Madrid para escuchar a Miguel Sebastián. Se le esperaba como a una estrella torera, aunque no le salió una faena redonda. Se limitó a repetir las medidas anunciadas el día anterior en el Congreso de los Diputados y versificar alguna frase ingeniosa buscando la ironía a la que es tan aficionado. Hubo división de opiniones sobre la intervención, que fue tan larga como su ministerio, que abarca industria, energía, comercio, turismo y sus derivados. Pudo comprobar, en todo caso, que es un personaje con mucho tirón mediático, mucho más que sus antecesores. Quizá ahí estuvo la noticia.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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