El tripartito sigue enredado en la 'Y'

La confusión que sembró el pasado 13 de mayo la declaración de la portavoz del Gobierno, Miren Azkarate, en la que calificó como "exagerado" considerar las bombas contra la empresa Construcciones Amenabar, una de las adjudicatarias de las obras del AVE vasco, como un ataque directo de ETA al proyecto, pareció que iba a cerrarse ayer con la votación de una condena en el Parlamento, promovida por el PSE. Finalmente, no fue así, toda vez que la consejera de Transportes, Nuria López de Gereñu, volvió después a dejar sin aclarar si el tripartito no mantiene o no las reservas que expresó entonces la portavoz, al día siguiente de que la banda reventase dos excavadoras de dicha empresa utilizadas en las obras de la variante de Urnieta.

El portavoz del PNV en el debate dice que la banda ha elegido la 'Y' como "diana"

El secretario general del PSE de Guipúzcoa, Iñaki Arriola, destacó después que el Gobierno es "el único que no se entera" de que las bombas de ETA "van dirigidas fundamentalmente contra la Y". Arriola anunció que su grupo pedirá en las Juntas Generales que la moción que ha promovido el PNV en el Legislativo provincial para condenar los atentados y defender el proyecto sea remitido al Gobierno "para ver si se aclaran".

En contraste con esa resistencia del Ejecutivo, las intervenciones en el pleno de la Cámara de los portavoces de los grupos, incluidos los del Gobierno, no habían dejado resquicio a la duda sobre su convencimiento de que la banda ha querido golpear al proyecto de la mayor infraestructura jamás acometida en Euskadi con sus ataques a las máquinas y la sede de Amenabar en Zarautz, destrozada en la madrugada del 1 de junio con amonal.

"El ataque a las empresas no es otra cosa que el reconocimiento de que no han conseguido convencer a la sociedad de que se oponga a esa infraestructura", dijo el peneuvista Juan Antonio Arietaraunabeña. "Lo que no pueden conseguir por vías democráticas lo quieren imponer por la violencia", añadió. "La única forma que han encontrado es arrear al empresariado (...), atacar a empresas que están realizando un proyecto prioritario para Europa". La Y, abundó, es "la diana" que a elegido ETA "para desestabilizar".

"Ningún pistolero, nadie que pretenda amedrentar o extorsionar, es quién para decir lo que es o no es respetuoso con el medio ambiente", destacó Juan Porres, de EA.

Para el proponente de la iniciativa, el socialista Óscar Rodríguez, los atentados contra Amenabar constituyen la demostración de que la banda "ha consumado su amenaza" contra la Y. El amplio acuerdo de ayer es "la mejor forma de decir a ETA y sus satélites que, se pongan como se pongan, este proyecto se hará realidad y cambiará este país", añadió.

La consejera compareció después en los pasillos de la Cámara para felicitarse del respaldo cosechado -PNV, PSE, PP, EA, EB y Aralar suscribieron la condena a los ataques a las empresas, aunque los dos últimos grupos mantuvieron su oposición a la infraestructura como tal-, pero evitó aclarar si el tripartito mantiene o no las dudas de que el proyecto sea el objetivo concreto de los atentados. Tampoco precisó a qué considera entonces que obedecen los ataques.

"Conocemos la realidad, somos conscientes de la postura que ha mantenido ETA en sus comunicados", respondió López de Guereñu, obviando los dos atentados ya materializados. "No estamos minimizando la situación, pero no vamos a entrar en debates que dan a ETA una publicidad que no se merece", sostuvo.

La consejera comprometió la colaboración con el Gobierno central, tanto en el terreno técnico y de la construcción como en el de la seguridad. En este último aspecto, aseguró que se adoptarán "las medidas que se considere oportuno para garantizar la continuidad de la obra".

La renuencia del Ejecutivo en reconocer lo que para todo el resto de la clase política, incluidos los portavoces parlamentarios de los grupos que le apoyan, parece ser una evidencia, choca también con el mismo convencimiento instalado en el PNV de Guipúzcoa y en la propia Diputación de ese territorio, donde se han concentrado hasta ahora los atentados.

También con el de la Administración central. El secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, dio por hecho el miércoles que la bomba contra la sede de Amenabar sitúa a la Y vasca como objetivo de ETA. "Una mera lectura" del último comunicado de la banda, dijo Camacho, "pone de manifiesto que uno de los objetivos de la siniestra banda" es el proyecto férreo.

La posición del Ejecutivo autonómico siembra el desconcierto en la oposición. El PP la atribuye al deseo de no enfrentarse a la izquierda abertzale porque sus votos son decisivos para la aprobación de la consulta del lehendakari, pero el PSE no acierta a interpretarla. En uno de sus escasas referencias personales a la Y, Ibarretxe dijo el miércoles que supone una obra "capital" para Euskadi y que "el proyecto del país no es ponerle bombas al tren, sino viajar en él".