Buitres leonados sobrevuelan Madrid
Varios pollos de carroñeras viven en los rascacielos de la ciudad - Los tres centros de recuperación de aves de la región tratan a unas 3.000 rapaces al año
Una decena de rascacielos y multitud de edificios de gran altura arañan el cielo de la capital, que tiene un ligero color amarillento por una nube permanente de polución. Entre los escalones de ladrillo, sobrevuelan multitud de pájaros. La mayoría, gorriones y palomas. Pero cada vez es más frecuente descubrir en el paisaje madrileño algunos ejemplares de buitres leonados u otras carroñeras, que sobrevuelan la ciudad.
El cielo de Madrid acoge a varios ejemplares de rapaces, especies protegidas y en peligro de extinción, que llegan a la ciudad en busca de comida, desorientadas en su viaje a zonas más templadas o que deciden instalarse en la ciudad expulsadas por otras especies más dominantes. A principios de julio, cuando se producen las migraciones, algunos ejemplares de buitres leonados terminan despistados en parques de la ciudad. Planean, con su vistoso plumaje, en busca de comida o de un lugar donde descansar. Es una de las especies de mayor envergadura que sobrevuelan los cielos. "Suelen ser polluelos jóvenes que salen del nido antes de tiempo y se despistan o ejemplares adultos en busca de alimentos", explica Ernesto Álvarez, de la asociación de recuperación de animales Grefa. Hay épocas en las que estas especies tienen dificultades para conseguir comida por la disminución de los roedores en los bosques.
Dos halcones anidan en La Moncloa y búhos reales en la Ciudad Universitaria
Pero también hay otras especies. "Cuatro o cinco parejas de halcones han anidado en algunas torres de la ciudad", asegura Patricia. Una de esas parejas se encuentra sobre el faro de Moncloa. Además, otras parejas de búhos reales han escogido las instalaciones del CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), en la Ciudad Universitaria, como residencia fija. "Hace tres semanas apareció un polluelo de búho real accidentado en la zona", añade una portavoz del centro de recuperación de aves de la Casa de Campo. "Lo criamos y soltamos en el monte, en algún lugar donde pueda reproducirse", indica.
Álvarez explica cómo utilizan una especie de cazamariposas de gran tamaño, a los que llaman garrapanes, para atrapar a las rapaces de más volumen. Cuando los cazan los meten en una jaula oscura, porque se tranquilizan sin luz, precisa, "se quedan inmóviles". Cada vez es más frecuente encontrar especies carroñeras en peligro de extinción en la ciudad o alrededores.
Hace unas semanas, Álvarez acudió a una urbanización de Majadahonda, cerca de donde Grefa tiene su sede, porque los vecinos habían visto un "pájaro muy grande" por los alrededores. Cuando Álvarez llegó a la zona se encontró un ejemplar de buitre leonado sobre el tejado de uno de los chalets. Sus compañeros subieron a la buhardilla de la casa y desde una claraboya comenzaron a lanzar pequeñas dosis de comida. Poco a poco el buitre se fue confiando y cuando estuvo cerca lo atraparon. Fue trasladado a las instalaciones de la asociación, donde permaneció unos días hasta su recuperación. Fue liberado en la sierra.
Grefa es uno de los tres centros que trabajan con la Consejería de Medio Ambiente en la recuperación de aves. Los otros son el centro Brinzal en la Casa de Campo y un "hospital" de fauna herida en Buitrago de Lozoya. Durante 2007, estos tres centros atendieron unos 3.000 ejemplares de aves heridas, entre los que destacan varias rapaces protegidas como águilas imperiales, águila real, perdicera, buitre negro, leonado, halcón peregrino, búho real o cernícalo primilla.
Además, la Comunidad inició hace unos días un plan para repoblar el suroeste de la región de cernícalos. Pretende elevar la población actual cifrada en 300 parejas. Para ello está repoblando con conejos la zona y está instalando nidos en los lugares donde están presentes los cernícalos.
También hay planes para elevar la población de águila imperial ibérica, con 27 parejas estables. El Gobierno regional pretende incrementar esta población un 30% en la próxima década.
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